Aclarando que de la lealtad que hablamos aquí, dista mucho de la lealtad política que ha desvirtuado el significado de esta palabra. El recurso humano de la vieja guardia, por llamarlo así, estaba enfocado en una estabilidad económica, que permitiera en cierto grado una independencia económica.
Se trataba de lograr adquirir un crédito para comprar una vivienda y algunos bienes, que nos permitiera arrancar una familia. Era un reto y un orgullo, lograr una plaza en una empresa de buena reputación y de muchos años en el mercado. Había un orgullo extra si conseguías un trabajo en una trasnacional o si lograbas uno en el Canal.
Las nueva tendencias, ahora que los muchachos tardan algo más para dejar el hogar de mamá y papá, vienen acompañadas de las modalidades de trabajo, los beneficios de una buena calidad de vida y la flexibilidad laboral entre otras.
Trabajé en una empresa donde habían laborado el abuelo, el padre y el hijo. Era algo como con carácter obligatorio por la lealtad de muchos años de trabajo de los anteriores. Un supuesto de que el adn laboral y de responsabilidad se pasaba de generación en generación. No siempre fue así. Eso tiene su razón. En muchos casos se decía que vivíamos para trabajar y ahora es lo contrario. Se trabaja para vivir.
La famosa milla extra no es quién permanece más tiempo en el trabajo en un horario diario, sino quién lo hace bien durante su horario laboral. Lo cierto es, que ahora hay más rotación laboral voluntaria que antes. La lealtad laboral, ya no se puede medir por lo que la empresa hace por ti. Debe medirse por la relación simbiótica de la parte patronal y sus colaboradores.
Con todos estos cambios, en pandemia y post pandemia, surge un tema que tenemos que prestarle atención. Me refiero a la salud mental de los trabajadores. Algunos lo conectan con el Síndrome de Burnout, pero va más allá de eso. Entre la automatización de los procesos y cada vez más personas haciendo teletrabajo, se tiende a confundir con una nueva clase de privilegios para algunos.
Lo cierto es, que las empresas para atraer al talento y cómo retenerlos, deben estar abiertas a toda la retroalimentación que pueda. La gente se va, no necesariamente porque no sea leal o porque se cree que se le ha dado tanto y la acción no es correspondiente.
Por el contrario. Más pasa con los jóvenes que saben que en sus hogares no le van negar la comida, el wifi y el cable, mientras consigan otro trabajo.
Consideraciones del autor
Tenemos que levantar las voces de protesta, denunciar, participar, deplorar, repudiar y todos aquellos verbos que puedan manifestar nuestro total rechazo a lo que esté malo.
Agradezco a mis lectores y amigos por sus comentarios a mis escritos.
Gracias por leer mis aportes en este blog. Recuerda: El conocimiento es infinito… y gratis.
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