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‘Concolón’

De niño, recuerdo eso en la finca de mi familia allá en Chilibre. Pero también recuerdo que en la escuela nos daban leche CARE y al fin de año, como había muchas, nos regalaban los saquitos para la casa. Ese fue un programa gringo, y no de Torrijos, como lo dijo un Diputado por ahí.

Basilio Fernandez

Por Basilio Fernández

La unidad familiar en papel y tinta (Corprensa)

Sabemos que el arroz es el grano más consumido por los panameños. Sabroso un arroz con concoloncito hecho en fogón. Bañado con salsa de gallina de patio.

Este es el mundo coloquial e ideal que nos gustaría ver en nuestro campo y cuando nos dé la gana. Esta premisa, pareciera ser de gente sin preocupaciones.

De niño, recuerdo eso en la finca de mi familia allá en Chilibre. Pero también recuerdo que en la escuela nos daban leche CARE y al fin de año, como había muchas, nos regalaban los saquitos para la casa. Ese fue un programa gringo, y no de Torrijos, como lo dijo un Diputado por ahí.

Iniciamos con esto, para decir que nuestra gente es noble por naturaleza. Nos gusta la tranquilidad de la vida, que solo se sobresalta por las tragedias. Desde hace mucho tiempo ya, unos genios, han decidido que se puede explotar políticamente,  la necesidad de los humildes.

Inventaron agroferias y/o ferias con productos que son de prioridad para los panameños, entre estos está el arroz. Compatriotas haciendo filas y protestando porque están desde la una de la mañana, esperando que inicie el proceso de venta a las ocho en punto.

De repente, en el apogeo y esperanza, llega el represente y el diputado, dando a entender que por ellos, se está haciendo esa actividad en el sector. Es el claro ejemplo del clientelismo político disfrazado  de favores, y el supuesto interés por mejorar la calidad de vida de la gente del sector.

Con tanto dinero que ha pasado por estas actividades, no hay razón por la cual, estas actividades, parezca las de un país en ruinas. Todos los que vivimos aquí, merecemos respeto. Nos llenamos la boca, hablando de dignidad, cuando a nuestra gente se le trata como ganado.

Yo crecí en la época de los llamados “hijos predilectos de revolución”. Si tanto alaban la historia de Torrijos, y si son torrijistas de verdad, hagan lo que se suponen predican. Pero ahí, nos damos cuenta el nombre de Torrijos, solo es un slogan. Lo que importa es el bolsillo. El pobre no se merece eso.

Consideraciones del autor

Tenemos que levantar las voces de protesta, denunciar, participar, deplorar, repudiar y todos aquellos verbos que puedan manifestar nuestro total rechazo a los que esté mal.

Agradezco  a mis lectores y amigos por sus comentarios a mis escritos.

Gracias por leer mis aportes en este blog. Recuerda: El conocimiento es infinito… y gratis.