No sé por qué me sorprendo, pero me sorprendo. Ya nada de lo que hagan los maleantes de la clase política nos debe sorprender.

Defiende el ingreso de confesos y condenados, a un ente inoperante y nacido de las maquiavélicas mentes de los corruptos centroamericanos. Defienden, el contrato minero, diciendo que es mejor que el anterior. Aquí hago un alto.

¿Qué habría pasado, si los gringos y los panameños, en el caso de los Tratados del Canal de Panamá de 1977, hubiesen acordado un pago a Panamá de una anualidad de Mil millones de dólares, pero dejando la operación a perpetuidad a los gringos? ¿Sería mejor tratado o no que el de 1903? Si ese es el razonamiento que quieren usar para meternos en la cabeza… ¿Por qué nos sorprende? A mí me da pena decirlo.

Los gringos son los únicos que han puesto obstáculos para que aquí no se hagan más de cuatro porquerías. No quiero que ningún gobierno extranjero nos diga, que se puede hacer y que no en mi país. Pero tampoco estamos para aguantar, que aquellos que ayer cargaban la bandera del nacionalismo y las luchas por las diferencias de clases.

Hoy, sean aquellos que quieren entregar nuestra dignidad en un nuevo tratado. Aquellos que hoy tienen plata, y debo decir del Estado, se pavonean con declaraciones grandilocuentes, pero orientadas al desprecio, y la impunidad que los caracterizan.

Salgo todos los días a trabajar. Ayudo al que puedo ayudar con lo que tengo. Gasto lo que puedo gastar…pero yo tengo trabajo.

Si no tienes trabajo, no puedes gastar, no puedes ayudar, etc. Las condiciones deben pensarse en función de la creación de empleos, facilidades de acceso a la educación y salud. Insisto, nuestra gente se merece más que una bolsa clientelista, sin la visión de que la bomba está a punto de estallar.

Consideraciones del autor

Tenemos que levantar las voces de protesta, denunciar, participar, deplorar, repudiar y todos aquellos verbos que puedan manifestar nuestro total rechazo a los que esté malo.

Agradezco a mis lectores y amigos por sus comentarios a mis escritos.

Gracias por leer mis aportes en este blog. Recuerda: El conocimiento es infinito… y gratis.