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Mariano Rivera: Un legado inmortal en el salón de la fama del béisbol

El segundo panameño en ser admitido al Salón de la Fama del Béisbol, ha dejado una huella imborrable en la historia del deporte. Nacido en un humilde poblado de Panamá Oeste, Mariano Rivera superó obstáculos y lesiones para convertirse en el cerrador más destacado de las Grandes Ligas, obteniendo 652 salvamentos y cinco títulos de Serie Mundial con los Yankees de Nueva York.

Erasmo Castro

Por Erasmo Alberto Castro

La semana pasada les escribí sobre Rod Carew, el primer panameño en ser admitido al Salón de la Fama del Béisbol de las Grandes Ligas. En esta oportunidad me referiré a Mariano Rivera, el segundo panameño en ser admitido al mismo Salón de la Fama, lo cual constituye el máximo honor que un jugador de las mayores pueda tener, pues es el reconocimiento de periodistas, técnicos y expertos, de la extraordinaria labor que los admitidos rindieron durante su ilustre carrera. El hecho de escribir primero sobre Carew, de ninguna manera significa que uno fue superior al otro, pues el mundo del béisbol reconoce a ambos individuos como superdotados en este deporte. Debo añadir que Mariano recibió el 100% de los votos, algo que nunca se había dado en la historia de las escogencias para el templo de la fama, por lo que significa un récord. Carew obtuvo el 90.5% de los votos, también considerado un porcentaje muy superior al promedio.

Mariano Rivera jugó 19 temporadas con los Yankees y ganó cinco series Mundiales. Archivo

Mariano nació el 29 de noviembre de 1969 en la ciudad de Panamá, pero sus padres Mariano Rivera Palacios, pescador de profesión y Delia Jirón, residían en Puerto Caimito, un pequeño poblado de profesionales de la pesca, ubicado en la hoy recién creada provincia de Panamá Oeste. Mariano, por supuesto, creció donde residían sus padres. Lo hizo en la forma más sencilla que uno puede imaginarse, pues su niñez transcurrió jugando béisbol en forma improvisada, ya que las bolas eran fajos de redes trituradas, los bates hechos de ramas de mangle y los guantes eran cartones vacíos de leche. Su padre, don Mariano, era capitán de un barco pesquero, por lo que Mariano Jr. empezó a identificarse con la profesión. A pesar de que le gustaba más el fútbol, nunca dejo de jugar al béisbol en sus ratos disponibles. Decidió abandonar el fútbol debido a algunas lesiones que le causaran en el deporte de las patadas.

Mariano Rivera (d) junto con sus compañero de equipo Jorge Posada, en una actividad en el Yankee Stadium.

En la medida en que nuestro compatriota crecía, sus habilidades en el béisbol mejoraban, por lo que pudo unirse a un equipo de la mayor “Los Vaqueros de Panamá Oeste” como “utility”.Dos de sus compañeros pensaron que Mariano tenía futuro como profesional, por lo que lo llevaron ante el “scout” local de los Yankees de New York, Carlos “Chico” Heron, quien no se impresionó con Rivera. Poco después Mariano fue entonces utilizado como lanzador y en esta oportunidad lo vio un “scout” panameño de los Yankees, pero que residía en los Estados Unidos y este si se impresionó por su gran capacidad atlética, velocidad y forma de lanzar. Sin mayor objeción Mariano fue firmado por los Yankees en febrero de 1990 con bonificación deUS$2,500, según registros de la MLB.

Mariano viajó a los Estados Unidos, donde progresó rápidamente en el sistema de ligas menores de los Yankees. Su control, velocidad y condiciones atléticas siempre fueron factores fundamentales en su desarrollo como lanzador profesional.

Hubo oportunidades en que lesiones, incluso una operación de “Tommy John” hacían mella ensu entusiasmo por seguir en el béisbol.

Finalmente, a pesar de ciertos tropiezos, en 1995 nuestro compatriota fue llamado al equipo grande, donde inicialmente sirvió como abridor con resultados mixtos, hasta que su director decidió utilizarlo como “set-up pitcher” del cerrador John Wettland. Este, eventualmente, fue canjeado a otro equipo y el joven panameño se convirtió en el lanzador cerrador de los Yankees.

Mariano Rivera está casado con Clara Younce con quien ha tenido una relación desde sus días en escuela secundaria. Juntos han tenido tres hijos: Jafet, Jariel y Mariano III. Ellos viven cómodamente en un suburbio de la ciudad de New York, donde Mariano ejerce la función de pastor de la fe Pentecostal y ayuda a familias necesitadas tanto en su vecindario como en Panamá. Últimamente se inauguró un gran estadio en el área de La Chorrera que llevará su nombre.

El secreto del Cerro Patacón: Un vertedero en extinciónOpens in new window ]

“Mo” como le dicen sus compañeros de equipo obtuvo la mayor marca de salvamentos en la historia del béisbol norteamericano con 652, lo cual logró luego de 19 años con los Yankees de New York. Durante esos 19 años, ganó 82 juegos y perdió 60, con un fabuloso índice de efectividad de 2.21. Empezó a los 25 años y terminó a los 42. Debo expresar mi gran admiración por este distinguido atleta que fue campeón de Serie Mundial con su equipo en cinco ocasiones y fue escogido para el Juego de Estrellas en 13 oportunidades. Mariano es otro de los ejemplos a seguir por las nuevas generaciones.