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Pésaj y la Semana Santa... No es casual que coincida

Blog. Son muchos los puntos en común entre la Pascua judía y la Pascua cristiana. Entérate...

Rabino Kraselnik

Por Rabino Gustavo Kraselnik

El Pésaj, conocido como Pascua judía

Desde la noche del miércoles 5 y por una semana, el pueblo judío está celebrando la fiesta de Pésaj que conmemora la liberación de los esclavos israelitas de la esclavitud egipcia. No es casual que coincida con la Semana Santa.

Es que son muchos los puntos en común entre la Pascua judía y la Pascua cristiana. Por empezar, la propia palabra Pascua no es otra cosa que el término hebreo Pésaj (que significa saltear, pasar por encima en referencia a la última plaga en Egipto) transliterado al español luego de pasar por el griego (pasja) y el latín (páscae).

La duración de ambas celebraciones es similar, 8 días (la Pascua bíblica según el Éxodo dura 7 días y así se celebra en Israel mientras que el resto del mundo judío añade un día extra) y por lo general (aunque no siempre) las fechas de ambas fiestas son cercanas tal como ocurre este año.

Claro está que esta cercanía esta justificada. Pésaj comienza la noche del 15 del mes de Nisan en el calendario judío, es decir, la luna llena (el mes judío siempre comienza con la luna nueva) del mes de la primavera. Mientras que la Semana Santa se celebra el primer domingo de luna llena después del equinoccio primaveral (combinación de elementos solares y lunares, igual que el calendario judío). Por eso cada año cambia de fecha en el calendario gregoriano.

Y por supuesto que hay elementos teológicos comunes entre ambas Pascuas: el concepto del cordero pascual sacrificado, el pan ázimo y el vino (base de la eucaristía) y la esperanza redentora; sin mencionar la discusión sobre si efectivamente la última cena de Jesús fue la celebración del Séder (cena ceremonial) de Pésaj o por el contrario una suerte de comida preparatoria para la fiesta.

Pudiésemos añadir que para ambas tradiciones la Pascua encierra los elementos centrales que dan sentido a la identidad propia. En el caso del judaísmo, toda la familia se reúne alrededor de la mesa para celebrar el Seder (la cena ceremonial que se realiza en el hogar las primeras dos noches de Pésaj) en un encuentro intergeneracional en donde se transmite la tradición de padres a hijos.

Obviamente que tenemos notables diferencias entre ambas Pascuas, sin embargo, más allá de eso, me atrevería a decir que tanto el judaísmo como el cristianismo, a partir de la vivencia plena y profunda de su propia Pascua, nos convocan a ser socios de Dios en la construcción, aquí y ahora de una sociedad que refleje el ideal de paz, justicia y solidaridad que compartimos.

Pésaj Kasher Vesameaj (un Pésaj Kosher y alegre) y Felices Pascuas.

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