En redes sociales se ha popularizado la idea de que una persona besa, en promedio, a 21 personas a lo largo de su vida. Algunos incluso dicen que son 21.5. Suena curioso, pero la verdad es que esa cifra es más un dato viral que un estudio científico.
¿De dónde salió el “21”?
Medios internacionales como PinkNews rastrean que la cifra se viene repitiendo desde hace años en portales de curiosidades y “fun facts”. No hay un estudio académico serio que lo respalde. Es, básicamente, un dato simpático que se viralizó, más que una estadística con base científica.
Lo que sí dice la ciencia sobre besar
Aunque no se puede confirmar si son 21, 30 o 50 las personas que alguien besa, lo que sí se ha estudiado son los efectos del beso en el cuerpo:
Un estudio publicado en Microbiome Journal con 21 parejas comprobó que en un beso de 10 segundos se pueden intercambiar hasta 80 millones de bacterias.
Investigaciones psicológicas han mostrado que quienes se besan más suelen reportar mayor satisfacción emocional y sexual en sus relaciones.
Besar involucra más de 30 músculos faciales y puede quemar entre 2 y 6 calorías por minuto.
Popularmente se calcula que una persona pasa dos semanas de su vida besando, aunque este también es un dato más anecdótico que científico.
Entonces, ¿qué nos queda?
Más allá de si el promedio es 21 o 25, la ciencia confirma que besar es saludable: libera hormonas que reducen el estrés, fortalece vínculos emocionales y hasta puede beneficiar al sistema inmunológico gracias al intercambio de microbiota.
En conclusión: los “21 besos” son un dato viral que corre en internet, pero lo verdaderamente importante es que besar no solo es placer, sino también una herramienta biológica y emocional clave en nuestra vida diaria.



