El común de las personas típicamente ven su factura de electricidad, se quejan y luego la pagan. Pero para tomar medidas sobre el consumo de energía en nuestras casas o negocios, primero hay que entender algunas cosas muy sencillas, pero que las pasamos por alto.
Cada artefacto que ponemos en marcha y que usa electricidad, es un consumo adicional. Un abanico de techo que es un aparato de bajo consumo, puede no serlo tanto si lo usamos 24 horas al día.
Todos los equipos que usan “energía en espera” como cargadores de celular, y todos los que usan control remoto, quedan consumiendo una pequeña cantidad de energía, aunque no los usemos. La energía en espera puede representar alrededor de un 7% de la cuenta de electricidad de una casa.
Las luminarias son otro ejemplo. Cada bombillo que se enciende, es un consumidor de energía.
De manera que una carga pequeña como esta, puede convertirse en un gasto importante si acostumbramos dejar luces encendidas. Aunque sean tipo LED, consumen poco, pero consumen.
Las cargas eléctricas mayores en general son la refrigeración. Es decir, refrigeradoras, congeladores, aires acondicionados.
Aunque hoy día se venden equipos de muy buena eficiencia eléctrica, requieren algo de mantenimiento. Por ejemplo, una refrigeradora con el condensador sucio, puede consumir alrededor de 15% más energía de lo normal.
Y no nos engañemos, porque sacamos la cerveza o el agua bien fría como nos gusta. Si no recibe mantenimiento, la refrigeradora va a trabajar muchas más horas para alcanzar la temperatura interna de los productos. Y más horas funcionando significa más kilovatios-hora que pagar en electricidad.
Unas dos veces al año es saludable que un especialista le revise sus equipos de refrigeración por limpieza. Y si hablamos de los aires acondicionados, no basta con lavar el evaporador. La unidad condensadora que trabaja afuera a sol y lluvia se va llenando de polvo y suciedad, que causa el mismo efecto que en la refrigeradora.
Es decir, va a trabajar más horas para llegar a la misma temperatura interna de nuestra casa. Y olvidemos la costumbre de usar puntos de ajuste de temperatura por debajo de 23°C.
Más frío significa más kilovatios hora en la factura, y no necesariamente más confort. Esto lo trataremos en un artículo próximo.
Consecuencias de un aire acondicionado muy frío. También podría ser simplemente que su equipo ya sobrepasó su vida útil y por lo tanto es ineficiente no importa qué le haga.
Otro culpable oculto de gasto energético puede ser el sistema eléctrico. Puntos de conexión flojos, disyuntores (breakers), mal instalados o mal apretados, cables por debajo de su capacidad.
Esto causa pérdidas por recalentamiento y en última instancia, puede causar un incendio en su panel eléctrico. Y si no llega a tanto, ese calor producido es también energía, pero una energía por la cual pagamos y no nos sirve de nada útil.
En las instalaciones comerciales se pueden tener otros problemas como exceso de demanda facturada, bajo factor de potencia y otros que requieren atención.
En conclusión, hay medidas que podemos tomar para administrar nuestro gasto de energía, y tener control de lo que gastamos.
Nos vemos en el siguiente artículo.
VEA ADEMÁS: Blog. Hablemos sobre eficiencia energética y sus beneficios para ti como consumidor