Fortuna, situado en el oeste de Panamá, es el bosque más nublado de Centroamérica y almacena tres veces más carbono de lo pensado, según el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, que destaca su gran potencial para contrarrestar el calentamiento global.
La llamada Reserva Hidrológica Fortuna es un bosque tropical de tierras altas situado cerca de la frontera entre Panamá y Costa Rica. “Es el lugar más nublado de América Central”, afirma el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés).
“Con nuevas especies y nueva información importante sobre el almacenamiento de carbono, esta pequeña área de 19 mil 500 hectáreas de naturaleza silvestre casi intacta continúa sorprendiendo a los investigadores del STRI, que han estado estudiando la vegetación, los suelos, los insectos, los microbios, anfibios y la vegetación de Fortuna durante varias décadas”, señala el ente científico.
RICA DIVERSIDAD DE ÁRBOLES Y ESPECIES DE HONGOS POR DESCUBRIR
Jim Dalling, investigador asociado del STRI y ecologista de la Universidad de Illinois-Urbana Champaign, ha explorado el bosque de Fortuna durante 25 años.
“Hay 891 especies de árboles, que es el 30 % de las especies en todo Panamá. En todo Estados Unidos hay 950 especies de árboles. Esta diversidad se debe a la variación extrema del clima. La mezcla de especies de tierras bajas y altas genera más diversidad”, explica Dalling.
Fortuna puede ayudar a comprender cómo los bosques montanos están respondiendo al cambio climático, puesto que en elevaciones más altas y temperaturas más frías, las comunidades de árboles tienen diferentes estrategias de supervivencia que en las tierras bajas.
“A medida que las nubes se forman en elevaciones más altas, las temperaturas más cálidas pueden estar contribuyendo a las migraciones de especies”, agrega el STRI.
El ente científico, que es la unidad en Panamá del Instituto Smithsonian, añade que entre las nuevas especies que aún esperan ser descubiertas en Fortuna se encuentran una gran cantidad de hongos.
“Hay muchas especies de hongos no descritas a nivel mundial, y particularmente en los bosques tropicales que tradicionalmente han sido poco estudiadas. Esperamos que los bosques montanos de Panamá alberguen una gran diversidad de hongos desconocidos para la ciencia”, subraya Adriana Corrales, una exbecaria de STRI y miembro de la facultad del Departamento de Biología de la Universidad del Rosario en Colombia.
UN ALMACÉN DE CARBONO
Los bosques de Fortuna almacenan de dos a tres veces más carbono de lo que se había calculado anteriormente con la tecnología LiDAR, que se realiza sobrevolando un área y mide la biomasa de los árboles haciendo rebotar una luz láser en el bosque.
Ese fue el “descubrimiento sorprendente” realizado por Cecilia Prada, una ex estudiante de doctorado de Dalling, cuyas estimaciones incluían carbono en los suelos, madera en descomposición y árboles vivos, dijo el STRI.
“Los bosques de Fortuna almacenan hasta 10 millones de toneladas de carbono. Esto es tres veces la cantidad de carbono que las unidades de aire acondicionado, los automóviles y la deforestación de Panamá liberan a la atmósfera cada año, lo que demuestra claramente el potencial de los bosques nubosos para compensar las emisiones que causan el calentamiento global”, agregó.