Leonidas Ortega Ortega trabajó hasta sus últimos días. Se cuidaba de la pandemia y viajaba solo una vez a la semana al campo a ver los sembradíos. Hasta que un día, de pronto, empezó a sentirse mal, de la nada, y lo llevaron al hospital Luis Chicho Fábrega de Santiago de Veraguas. Jamás se imaginaron que no lo volverían a ver.
Su hermano, Víctor A. Ortega, explicó a www.Midiario.com lo mucho que extraña a Leonidas, quien no es solo un número en las estadísticas de lo caídos por la covid-19. Era un hombre de carne y hueso, amoroso y trabajador, con sueños y virtudes que deja un hondo vacío entre sus seres queridos.
Leonidas nació el 6 de julio de 1945 en Loma Chata, Corregimiento de Chitra, distrito de Calobre en la provincia de Veraguas.
Por la situación de pobreza, enfermedades y otras circunstancias reinantes de la época, obligaron a sus padres a emigrar de la región en compañía de sus hijos Leonidas y Sergio, en busca de mejores condiciones de vida, teniendo como destino La Comunidad de Llano De la Cruz de Santiago, donde creció y se constituyó en un soporte y baluarte en las tareas agrícolas para lograr el sustento propio y de sus hermanos.
“No obtuvo títulos ni grados académicos, pues su única escuela fue la vida que le enseñó el sentido de convivencia, amor y respeto a sus semejantes. Fue un hermano ejemplar, padre y esposo amoroso. Casado con Nicolaza Hernández, tuvieron tres hijos. De relaciones anteriores al matrimonio nacieron dos hijas que reconoció legalmente”, manifestó Víctor.
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Su profesión: obrero. Trabajó en el Ingenio La Victoria durante 30 años, lo que le permitió obtener su pensión de retiro de la cual era su principal fuente de ingreso. Como distracción e ingreso extra se dedicaba a la Fabricación de Tinas de Concreto para lavar, en un taller ubicado al lado de su casa en Forestal de Santiago dónde era el gerente y el empleado. Le encantaba hacer él mismo, los trabajos a gusto del cliente.
”Su sueño era regresar a su tierra querida, Llano de La Cruz y construir una casita para vivir el resto de su vida, pues su mayor pasión era la agricultura, cultivar su maíz, granos y verduras, así como la cría de animales”.
Víctor explica que durante la pandemia Leonidas se cuidaba y viajaba una vez a la semana al campo, “ya que era el único hermano que estaba más vigilante del patrimonio familiar que nos había heredado nuestros padres”. “Una semana antes de declararse la enfermedad, me llamó para que le suministrara unos insumos, principalmente insecticidas, ya que tenía algunos sembradíos afectados por las plagas más comunes de la época”, dijo Víctor.
“Me sorprendí cuando mi sobrina me llamó para decirme que encontró a mi hermano en casa muy afectado con síntomas semejantes al covid, razón que motivó el traslado inmediato al hospital Chicho Fábrega de Santiago de Veraguas”, relató Víctor.
De acuerdo a Víctor, el 15 de junio su hermano fue admitido y declarado paciente de covid-19. Luego pasó a la sala de Cuidados Intensivos, donde se le aplicó coma inducido por espacio de 22 días. “Después de observar una notable mejoría gracias a los tratamientos médicos, se le regresó a la Sala de Pacientes con esta enfermedad para el seguimiento respectivo.... Dos días después de estar en esta sala, falleció sentado en una silla de ruedas mientras esperaba ser atendido para un examen de cardiología”.
Leonidas falleció el 14 de julio de 2020, ocho días después de haber cumplido sus 75 años.
Su esposa le preparó su acostumbrado sancocho de gallina el día de su cumpleaños siendo Leonidas, el gran ausente. “Aún recuerdo su eterna sonrisa, nunca reflejaba mal carácter y su gran gesto de caridad con los más necesitados. Bien temprano me visitaba en mi casa montado en su bicicleta”, recuerda Víctor Ortega.
Las cenizas de Leonidas reposan en el campo santo de Llano De La Cruz, su tierra querida, donde siempre pidió ser depositado para su descanso eterno.
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