Surcando el Lago Alajuela, lejos del bullicio de la ciudad de Panamá, allá donde se llega en piragua, se prepara un pan exquisito que ha logrado atrapar el paladar de nacionales y extranjeros, reseña el MIDES.
Este pan se cocina a la antigua: en olla. Quienes lo preparan son mujeres rurales del programa Redes de Familia del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), que decidieron encarar las necesidades del día a día con un trabajo milenario.
La elaboración de pan artesanal hace que los habitantes de la comunidad de San Vicente de Tranquilla, ubicada en el corregimiento Colmena de Caimitillo, provincia de Panamá, se levanten con un olor sinigual e inconfundible: el vapor que esparce la mantequilla derretida y la harina fermentada, les avisa cuando el pan se está cocinando.
La buena noticia es que ya no tienen la necesidad de comprar pan industrial.
Aquí las rosquillas, la moña y el pan viril se cocinan con leña y, tan pronto como sale de la olla, se venden entre los vecinos.
Lo interesante de esta receta es que, cocinando el pan dentro de una olla, se logra recrear el efecto que se produce en un horno profesional, aprovechando el propio vapor que el pan va soltando a medida que se va horneando a altas temperaturas.
Preparar pan es un trabajo que exige dedicación. Luciana Chirú, de 67 años, explica que ella y otras seis mujeres hacen todo el proceso, desde cortar la leña hasta preparar los pedidos que salen de la comunidad.
Revela que el secreto del buen pan está en combinar de forma perfecta los ingredientes y medir el tiempo de preparación. Cuanto más tiempo de fermentación tenga la masa, mayor son los aromas que se desarrollarán en esta.
“Este proyecto me enseñó a que no hay edad para aprender. Me siento útil e independiente preparando pan con mis vecinas. Estamos muy entusiasmadas, porque estamos llevando comida a la mesa con este emprendimiento”, dijo Luciana.
La panadería “Las Campesinas” representa a las más de 9 mil familias que en la administración del presidente de la República, Laurentino Cortizo Cohen, han desarrollado proyectos de inclusión productiva en todo el país con la ayuda del MIDES, que las ha capacitado y brindado asistencia técnica y materiales para el equipamiento de sus proyectos.
La inversión para estos proyectos, desde julio de 2019 a la fecha, asciende a 3.2 millones de balboas.
Hace más de un año, siete mujeres -algunas de ellas pertenecientes a los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas (PTMC) del MIDES- decidieron emprender.
Admiten que la idea de hacer pan en olla surgió en un momento difícil, ya que el tránsito de extranjeros que hacían parada por la comunidad había disminuido, por causa de la entrada de la pandemia del COVID-19.
Otra integrante de la panadería “Las Campesinas”, María Ruíz, madre de cuatro hijos, relata que evaluaron varias ideas de emprendimiento, pero al final se decidieron por la mezcla de harina, huevo, leche y levadura.
Tras ser capacitadas por la Dirección de Inversión para el Desarrollo del Capital Social del MIDES, se lanzaron a la aventura.
María reconoce que al principio tenían muchas dudas sobre la panadería, sin embargo, hoy recuerda con mucho entusiasmo que, desde la primera horneada, el pan les gustó a los vecinos.
El proyecto surgió con una producción por semana, luego debieron hacer dos producciones y hay ocasiones que aumentan hasta tres. ¿La razón? El pan es exquisito, tanto así que se vende en el puerto Corotú, donde es adquirido por extranjeros que visitan las comunidades turísticas del Lago Alajuela.
Hoy, estas siete mujeres coinciden en sentirse orgullosa por el proyecto que han llevado adelante, porque han generado ingresos en sus propios entornos. Dinero que les permite adquirir alimentos, suplir las necesidades de sus hijos e invertir en el crecimiento de la panadería.
Precisamente ese deseo de diversificar la oferta y expandir la panadería, es el que ya se puso en marcha, con la capacitación ahora en la elaboración de dulces y productos a base de harina.
Aplausos al esfuerzo y a la determinación
Para la ministra del MIDES, María Inés Castillo, el esfuerzo y la determinación que tuvieron estas siete mujeres para emprender durante un momento tan difícil como la pandemia, es digno de admirar.
“Desde el MIDES estamos comprometidos con seguir impulsando y apoyando emprendimientos en áreas vulnerables, para que los beneficiarios mejoren su calidad de vida. Hay que aplaudir el esfuerzo y la determinación de estas mujeres, que siempre han recibido el asesoramiento técnico del Gobierno Nacional”, precisó la ministra Castillo.
Agregó que el programa Redes de Familia tiene como objetivo desarrollar el capital social y promover la inclusión productiva, otorgando a las familias herramientas e insumos que faciliten las actividades que generen ingresos.
En tanto, el director de Inversión para el Desarrollo del Capital Social del MIDES, Oscar Madrigales, acotó que la provincia de Panamá cuenta con 514 familias beneficiarias con el programa, distribuidas en 3 distritos y 16 corregimientos.
Cabe destacar que la mayoría de los emprendimientos del programa Redes de Familia se concentran en la Comarca Ngäbe Buglé, donde 3,361 familias se benefician de proyectos agrícola, avícola, de panadería y modistería.
Actualmente, el programa Redes de Familia atiende 10 provincias y 5 comarcas, divididos en 59 distritos y 197 corregimientos. De los 197 corregimientos atendidos, 155 se encuentran dentro del Plan Colmena, estrategia que sienta las bases para la lucha contra la pobreza y la desigualdad en el territorio panameño.