En los años 60, cada mujer panameña tenía un promedio de 5,3 hijos, pero hoy esa cifra ha caído a solo 2,2 hijos por mujer.
¡Hemos perdido más de la mitad de nuestra tasa de fecundidad! Y no es solo un fenómeno de los países ricos, ¡está alcanzando también a naciones en desarrollo como la nuestra!
Este cambio trae consecuencias que no podemos ignorar. ¿Qué pasa cuando la natalidad baja tanto? En el futuro, la oferta laboral se reduce, ¡y eso afecta directamente a nuestra economía! Sectores como la educación, las pensiones, la sostenibilidad fiscal y hasta el mercado de la vivienda se verán sacudidos.
La población envejece, y nuestra economía podría quedar en una cuerda floja. ¡Es hora de pensar en el futuro y de actuar antes de que sea tarde!