Michael Jordan, el ícono del baloncesto y rostro de los Chicago Bulls, vuelve al ojo público, no por sus hazañas deportivas, sino por rumores de respaldo político. En un contexto en el que atletas de diferentes disciplinas expresan públicamente su apoyo a sus candidatos, Jordan permanece fiel a su tradicional silencio en temas políticos. Los rumores recientes que lo vinculan como un supuesto partidario de Donald Trump encendieron las redes, pero sus representantes se apresuraron a desmentirlo en una declaración oficial.
La historia de Jordan con la política es bien conocida y marcada por el célebre comentario que soltó en 1990, en medio de una campaña senatorial en Carolina del Norte: “Los republicanos también compran zapatillas”. La frase, aunque nacida de una broma con sus compañeros, reflejó su distanciamiento de la política y su enfoque en el baloncesto. En su serie documental The Last Dance, Jordan aclaró este momento, explicando que, aunque su madre le pidió que apoyara al candidato afroamericano Harvey Gantt, optó por una contribución económica en lugar de un respaldo público.
Su postura ha provocado críticas, especialmente cuando se compara con la de otros atletas como Muhammad Ali, quien usó su fama para causas sociales. Sin embargo, Jordan ha dejado claro que su misión fue ser el mejor en la cancha, no en la arena política.
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En tiempos actuales, cuando estrellas como LeBron James y Nick Bosa han tomado bandos políticos, Jordan sigue firme en su posición: mantenerse neutral. La declaración de sus representantes a DailyMail reafirma que la leyenda de la NBA no apoya a ninguno de los candidatos en las elecciones de este año. Sin duda, aunque su voz ha sido reservada en política, su influencia en el deporte y la cultura sigue intacta, recordándonos que el enfoque en la excelencia, para Jordan, siempre estuvo en la cancha y no en las urnas.