¡Se armó el revuelo en Colombia con el partido de la Copa América! Todo empezó como una gran fiesta nacional, ¿verdad? Desde temprano, todos con los colores de la bandera, la gente en las calles, bares y parques, celebrando como si ya tuvieran la copa en las manos.
Pero ¡zas!, llegó el gol de Lautaro Martínez y ¡bum!, se apagó la música, el ruido de las vuvuzelas y hasta las bocinas de los carros con banderas.
Un silencio total se apoderó de las calles. Las caras largas y algunas lágrimas rodando mostraban el sentimiento de todo un país que soñaba despierto con un nuevo título.
En Bogotá, la ciudad no podía estar más viva antes del partido, con el Parque de la 93 repleto y hasta con desmanes por la euforia desbordada. Pero después del gol, la gente se fue a casa en silencio, pensando en lo que pudo ser y no fue.
Aunque los colombianos se quedaron con las ganas, la selección los dejó orgullosos. Dicen que fue el mejor fútbol que han mostrado en mucho tiempo. Así que, con la cabeza baja por la derrota pero con el orgullo en alto, Colombia vuelve a soñar con la próxima vez.