Erik ten Hag siempre destacó por su mentalidad táctica y capacidad de liderazgo, mucho antes de convertirse en el técnico del Manchester United. En 2001, como capitán del FC Twente, lideró a su equipo en una histórica victoria sobre el PSV en la final de la Copa KNVB. A pesar del éxito en el campo, lo que más llamó la atención de su actuación no fue solo su habilidad futbolística, sino su enfoque en el colectivo. En medio de la celebración, desvió los elogios hacia su compañero, el portero Sander Boschker, quien fue decisivo en la tanda de penaltis. Ten Hag, más que buscar reconocimiento personal, ya evidenciaba su enfoque en el equipo por encima del individuo.
🎥 - Erik ten Hag after winning the KNVB Cup with FC Twente as their captain.
— UF (@UtdFaithfuls) September 24, 2024
He spent 23 years there as player and manager, can see why tomorrow's game is special to him. pic.twitter.com/U2gXaeiNzY
Desde esos días en el Twente, su carácter de estratega era evidente. No era el jugador más rápido ni el más habilidoso, pero su inteligencia táctica lo distinguía. Como capitán, ya mostraba dotes de entrenador dentro del campo, instruyendo a sus compañeros, organizando el juego y asegurándose de que todos entendieran su rol. A menudo, se le consideraba el “director” del equipo dentro de la cancha, un papel que lo preparó para su futuro en los banquillos.
A lo largo de su carrera como jugador, Ten Hag fue respetado por su capacidad de lectura de juego. A pesar de que su estilo de liderazgo no siempre fue bien recibido por algunos compañeros debido a su insistente enfoque táctico, con el tiempo, su visión fue reconocida y valorada. Este liderazgo lo convirtió en una figura clave en equipos como el FC Twente y De Graafschap, donde sus compañeros confiaban en su guía dentro y fuera del campo.
Hoy, esa misma mentalidad lo acompaña como técnico del Manchester United. Desde sus días como jugador, Erik ten Hag ya evidenciaba una visión que lo ha consolidado como uno de los estrategas más respetados en el fútbol europeo.