Con la mirada fija y el corazón en el pecho, Adamir Yardian Aparicio se prepara para vivir el sueño que todo niño panameño anhela: representar al país en un Mundial. Este joven arquero, nacido el 14 de enero de 2009 en la provincia de Chiriquí, formará parte del equipo Sub-17 que debutará en el Mundial de Catar 2025 el próximo 5 de noviembre.
Con apenas 16 años, representa la nueva generación de porteros panameños.Todo comenzó en las canchas del barrio San Cristóbal, en David, donde su abuelo lo llevaba a patear balones cada tarde. A los 7 años, Adamir descubrió su amor por el fútbol y se unió a la Academia Mario Méndez, donde dio sus primeros pasos como portero. Desde entonces, su vida gira alrededor del balón, los guantes y los sueños.
El 17 de octubre de 2017, cuando Panamá clasificó por primera vez a un Mundial de mayores, algo cambió en él. “Ese día entendí que quería vivir algo así, defender el arco de mi país y jugar un Mundial”, recuerda con emoción.
Inspirado por Jaime Penedo, busca escribir su propio legado con la Selección.Con el ejemplo de su referente Jaime Penedo, Aparicio empezó a construir su propio legado. A los 12 años participó en el Torneo Nacional Infanto Juvenil con la Liga de Chiriquí Sub-14 y más tarde en el Torneo UNCAF Forward Sub-15, bajo la dirección del profesor Mario Méndez.
Hoy, como jugador del CD Plaza Amador, combina estudios con entrenamientos, sacrificando horas con su familia para perseguir un sueño que ya tiene nombre y fecha. “Mi objetivo es dar mi mejor versión y ayudar a que Panamá avance de ronda en el Mundial”, dice el arquero que lleva la bandera chiricana tatuada en el alma.
Con disciplina, humildad y la bendición de su abuelo, Adamir Aparicio encarna el espíritu de una generación que no teme soñar en grande.



