Inglaterra volvió a lo más alto de su grupo en la Liga de Naciones con una victoria 3-0 ante Grecia en Atenas. En una noche llena de cambios y sorpresas, el técnico interino Lee Carsley apostó por sus jóvenes estrellas, y el resultado fue un espectáculo.
La velada comenzó con Ollie Watkins, quien aprovechó una asistencia de Noni Madueke para abrir el marcador. Más tarde, un gol desafortunado en propia puerta del portero griego Odysseas Vlachodimos amplió la ventaja. Pero la cereza en el pastel llegó con el debutante Curtis Jones, quien firmó un gol sublime tras una jugada colectiva orquestada por Morgan Gibbs-White.
Carsley, que tuvo que lidiar con la ausencia de varios jugadores clave, dejó en claro que su confianza en la nueva generación inglesa está más que justificada. Su audaz decisión de dejar a Harry Kane en el banquillo fue recompensada con un equipo más dinámico y fluido.
Thomas Tuchel, en su sabático, tiene mucho en qué pensar. Carsley ha demostrado que esta Inglaterra tiene profundidad y talento suficiente para enfrentar cualquier reto.
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Los expertos elogian el debut de Curtis Jones y destacan la madurez táctica de Madueke. Inglaterra, con un pie en la siguiente fase, ha dejado claro que su futuro es prometedor, con o sin entrenador permanente.