Jesús Navas y el croata Ivan Rakitic, capitanes del Sevilla, alzaron al alimón al cielo de Budapest el trofeo de campeones de la Liga Europa conquistado ante el Roma en la tanda de penaltis (4-1), tras acabar el partido y la prórroga 1-1, y desataron el delirio y la locura de los casi 13.000 sevillistas presentes en el Puskás Arena.
Los jugadores y técnicos del conjunto entrenado por José Luis Mendilibar, gran artífice de la resurrección en los dos últimos meses del equipo, hicieron un pasillo en señal de reconocimiento al equipo arbitral de la final y a los futbolistas del Roma, que, desconsolados, encontraron esta señal de deportividad del rival como consuelo y también fueron ovacionados por la afición sevillista.
Además, los futbolista del Sevilla besaron la Copa tras recoger sus medallas de campeón del torneo fetiche del equipo hispalense, al sumar ya siete títulos de la Copa de la UEFA/Liga Europa.
Grito de campeón
”¡Campeones, campeones!” fue el grito de felicidad que coreó la afición del Sevilla, antes de que sonara el Himno del Centenario del club en el estadio húngaro, y los seguidores prosiguieron luego cantando, dando botes y celebrando con sus seguidores desde el césped, en medio de la alegría desatada entre el sevillismo, pues este séptimo título de la Copa de la Copa de la UEFA/Liga Europa también le da el billete para la próxima Liga de Campeones.