Con el corte de cinta oficial por parte del presidente José Raúl Mulino, acompañado de dos íconos de talla mundial como Irving Saladino y Laffit Pincay Jr., se inauguró el esperado Salón de la Fama y Museo del Deporte Panameño.
El recinto, ubicado en la emblemática Calzada de Amador, nace como un homenaje permanente a las glorias que han elevado el nombre de Panamá en escenarios internacionales.
Desde las huellas doradas de Saladino en Beijing 2008, hasta las zancadas inolvidables de Dely Valdés en las canchas europeas, pasando por los puños de campeones mundiales en el boxeo, este museo reúne décadas de esfuerzo, pasión y victorias.

Durante la ceremonia, el director de Pandeportes, Miguel Ordóñez, recalcó que este espacio no solo rinde tributo, sino que también educa, conecta e inspira a los jóvenes. Entre los asistentes destacaron figuras como Gary Stempel, leyendas del béisbol, los mundialistas de Rusia 2018 y cientos de atletas de distintas disciplinas.

Con vitrinas llenas de historia, camisetas imborrables, trofeos, fotografías y una narrativa interactiva, el museo será también una parada obligada para el turismo local y extranjero. Su inclusión dentro de la red de museos de Amador lo convierte en una joya más del patrimonio nacional.
En un país donde el deporte une, emociona y representa, contar con un templo como este fortalece el alma colectiva.
El Salón de la Fama inmortaliza logros, sino que siembra sueños. Y en cada rincón, se escucha un eco claro: aquí viven nuestros campeones.