El corazón de Marsella late con la emoción de recibir un símbolo que enciende pasiones: la llama olímpica. El velero Belem, cargado de historia y significado, trae consigo el fuego que iluminará los Juegos Olímpicos de París 2024. Con un despliegue impresionante de seguridad y preparativos, la ciudad se viste de gala para dar la bienvenida a este ícono de la competencia global.
Desde los primeros rayos del sol, Marsella se prepara para este momento histórico. Más de 150,000 personas se agolpan en el puerto para presenciar el espectáculo. Operarios trabajan incansablemente para que cada detalle brille con la intensidad de la llama misma.
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Pero no todo es color de rosa. Voces críticas se alzan en medio del entusiasmo. Ecologistas y grupos de la extrema izquierda cuestionan el impacto y los intereses detrás de este evento. Sin embargo, estas protestas no logran opacar la majestuosidad del momento.
Ahora, la llama emprende su viaje por tierras francesas, llevando consigo el espíritu de la competición y la unión. Desde Marsella hasta París, pasando por lugares emblemáticos, la llama iluminará el camino hacia unos juegos que prometen ser espectaculares e inolvidables. París 2024 está más cerca que nunca, y la llama olímpica es el faro que guía el camino hacia la grandeza deportiva.
Con información publicada en www.rpctv.com