En una noche memorable para los fanáticos de los Minnesota Timberwolves, que lograron una hazaña épica al remontar un déficit de 20 puntos en la segunda mitad y vencer a los actuales campeones de la NBA, los Denver Nuggets, con un marcador de 98-90. Este triunfo en el séptimo juego no solo asegura el paso de los Timberwolves a la final de la Conferencia Oeste, sino que también establece un nuevo récord en la historia de los playoffs de la NBA por la mayor remontada en un Juego 7.
El héroe inesperado de la noche fue Anthony Edwards, quien superó un inicio lento para ser crucial en la victoria. Al medio tiempo, Edwards apenas contaba con cuatro puntos, sin rebotes y solo tres asistencias, una actuación que auguraba dificultades para los Wolves. Sin embargo, en la segunda mitad, Edwards revivió, finalizando el juego con 16 puntos, ocho rebotes y siete asistencias, a pesar de un modesto 6 de 24 en tiros de campo y 2 de 10 en triples. Su desempeño fue clave para que los Timberwolves recuperaran la ventaja y sellaran la victoria.
Karl-Anthony Towns y Jaden McDaniels también jugaron papeles fundamentales, cada uno anotando 23 puntos, manteniendo la ofensiva activa y robusta durante el encuentro. La cohesión del equipo y la intensidad defensiva fueron esenciales para contener a los Nuggets, quienes lideraban cómodamente hasta que la marea cambió dramáticamente en la segunda mitad.
El momento cumbre llegó cuando Edwards, controlando el balón y con el cronómetro corriendo, aprovechó para despedirse de la eufórica multitud en el Target Center. Esta victoria no solo catapulta a los Timberwolves a la final de la Conferencia Oeste por primera vez en 20 años, sino que también subraya su determinación y capacidad para sobreponerse a la adversidad.
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Los Timberwolves se enfrentarán a los Dallas Mavericks el miércoles por la noche, una serie que promete ser tan intensa y emocionante como la reciente victoria que aún resuena en las paredes del Target Center.
Con información publicada en nydailynews.com