El Manchester United ha dado el primer paso hacia la construcción de un nuevo estadio con capacidad para 100.000 personas, un proyecto valorado en 2.140 millones de dólares. Desde la entrada de Jim Ratcliffe como accionista minoritario, la remodelación del histórico Old Trafford se ha convertido en una prioridad. El club ha iniciado contactos con las autoridades locales para estudiar el impacto de esta monumental obra, la cual busca no solo modernizar el estadio, sino también revitalizar la zona de Trafford.
El nuevo estadio, que podría estar listo para el año 2030, se convertirá en el segundo más grande de Europa, solo detrás del renovado Camp Nou. El viejo Old Trafford no desaparecerá; su capacidad se reducirá y servirá para albergar partidos de la cantera y el equipo femenino. Este ambicioso proyecto es visto como una oportunidad única en la vida, según Ratcliffe, y tiene el respaldo del alcalde de Gran Manchester, Andy Burnham, quien destacó la importancia cultural y deportiva de la región.
El estadio no solo simboliza un avance en infraestructura, sino también un homenaje al pasado, manteniendo elementos emblemáticos como el túnel y el reloj en memoria del accidente aéreo de Munich de 1958, así como las estatuas de Sir Alex Ferguson y la “Santa Trinidad” del United.