La Premier League, conocida por su emocionante fútbol y su glamoroso ambiente, se encuentra ahora en el epicentro de un escándalo que trasciende las canchas y se adentra en los tribunales. Desde la sanción al Everton, el mundo del fútbol inglés ha sido testigo de una creciente intriga judicial que ahora envuelve al Manchester City y al Chelsea en su red.
El diario británico Daily Mail ha desatado una tormenta de especulaciones al informar sobre un juicio pendiente que podría obligar al Chelsea a revelar los presuntos traspasos cuestionables realizados durante la gestión de Roman Abramovich, quien vendió el club en mayo de 2022 bajo la sombra de sanciones gubernamentales vinculadas a sus lazos con Vladimir Putin y la situación en Ucrania.
El consorcio liderado por Todd Boehly asumió el control del Chelsea después de la salida de Abramovich, pero ahora se enfrenta a una seria amenaza judicial. La Fiscalía de la Corona ha presentado una solicitud bajo la Ley de Procedimiento Penal e Investigaciones, relacionada con la divulgación de información relevante sobre el caso de Marina Granovskaia, ex directora del club y figura clave durante la era Abramovich.
Las acusaciones apuntan a posibles acuerdos financieros irregulares, destacando las transferencias de Samuel Eto’o y Willian en la temporada 2013/14 desde el Anzhi de Rusia. Informes anteriores ya habían sugerido pagos secretos en estas negociaciones, lo que llevó a una multa millonaria impuesta por la UEFA al Chelsea por informes financieros incompletos durante el mandato anterior.
Estos eventos han atraído la atención de la Premier League, especialmente después de la sanción histórica al Everton, que inicialmente enfrentó una reducción de diez puntos por incumplimiento financiero antes de que las apelaciones redujeran la pena. Ahora, los focos se centran en el Manchester City, acusado de numerosas infracciones financieras desde la temporada 2009/10, lo que podría resultar en una penalización aún más severa, incluida la relegación.
El diario The Sun va un paso más allá al advertir que tanto el Chelsea como el Manchester City podrían ser expulsados de la Premier League si se demuestra su culpabilidad. Con una comisión independiente programada para investigar los casos en otoño, se espera que las consecuencias sean significativas si se encuentran graves infracciones.
El actual propietario del Chelsea, Todd Boehly, no está bajo escrutinio judicial, pero la incertidumbre prevalece en Inglaterra sobre el impacto potencial de estos eventos. La próxima audiencia judicial programada para abril podría desenterrar detalles financieros sensibles, lo que podría exponer aún más el controvertido pasado del club.
Desde 2022, las investigaciones policiales han seguido de cerca a Granovskaia y al agente Saif Rubie por presuntas irregularidades en transferencias de jugadores. Si la Justicia determina que la información financiera del club es crucial para el caso, se teme que se revele un pasado tumultuoso, con informes de pagos a entidades offshore no declarados anteriormente.
La advertencia de una abogada deportiva sobre la posibilidad de descenso para los clubes involucrados, citada por The Guardian tras el caso del Everton, refleja la gravedad del asunto. Con un precedente establecido y el potencial de sanciones graves, el futuro del Chelsea y el Manchester City en la Premier League pende de un hilo mientras los tribunales y los investigadores desentrañan la verdad detrás de los acuerdos financieros cuestionables.