Deportivas

Sacando lo bueno de una dolorosa goleada

Reflexión sobre un partido donde Panamá debe crecer y seguir madurando

Redacción Mi Diario

Por Redacción Mi Diario

La superioridad de México se reflejó en el marcador, donde lograron una contundente goleada de tres tantos.

A pesar del dominio futbolístico por parte de México, que se impuso por goleada a Panamá en la semifinal de la Liga de Naciones, este encuentro nos brinda datos interesantes que van mucho más allá de la emoción y el fanatismo que ciega el verdadero análisis que puede ayudar en sacar datos importantes para hacer los correctivos con el objetivo de mejorar el rendimiento global de la selección panameña. Aquel marcador de tres goles a cero despliega para los panameños información importante en el aspecto ofensivo y defensivo.

Desde el inicio del partido, el conjunto mexicano dejó claro su objetivo: llevarse la victoria. Con una presión constante y un juego ofensivo, pronto comenzaron a materializar su superioridad en el terreno de juego. El primer gol que llegó en el minuto 40, cortesía de Edson Álvarez, cuyo remate certero dejó sin opciones al portero panameño fue evidente la distracción por parte de los defensa, son oportunidades que dan una notable ventaja al contrario. La respuesta de Panamá fue insuficiente, ya que apenas tres minutos después, Julián Quiñones amplió la ventaja para México con una jugada magistral. El tercer gol, obra de Orbelín Pineda en el minuto 67, selló la victoria del equipo mexicano.

Las estadísticas del partido reflejan la realidad del partido en diversos aspectos del juego. México a pesar de tener menos posesión de balón que Panamá aprovecho las oportunidades para llevarse la victoria.

EFICACIA VS MENOS PRECISIÓN

México demostró una eficacia notable con solo seis disparos, pero aprovechando al máximo sus oportunidades, convirtiendo tres de ellos en goles. Por otro lado, Panamá tuvo 18 disparos, mostrando una mayor agresividad, pero con menos precisión de cara al arco rival, con solo cinco disparos en el blanco. Panamá necesita trabajar mucho más en la definición, el punto importante es que al llegar al arco el jugador aproveche al máximo su pericia y realice el disparo con mayor certeza, la velocidad y la reacción del jugador son factores muy importantes en ese instante donde el tiempo y la agilidad apremia.

MAYOR POSESIÓN, MÁS CREACIÓN DE JUGADAS

En términos de posesión, Panamá dominó con un 59%, mientras que México se quedó con un 41%. No obstante, la precisión en los pases favoreció ligeramente a Panamá, con un 80% de acierto frente al 74% de México. Es crucial entender que tener el control del balón no es suficiente si no se traduce en oportunidades de ataque y, en última instancia, en goles. Es en estos momentos cuando la destreza técnica y la creatividad de los jugadores entran en juego.

Panamá debe capitalizar la agilidad y la inventiva de jugadores como Carrasquilla. La velocidad en la circulación del balón y la efectividad en la conexión con los delanteros son aspectos vitales para dinamizar la ofensiva panameña y generar peligro en el área contraria. En resumen, la posesión y la precisión son importantes, pero su verdadero valor radica en su contribución al juego ofensivo y a la consecución de objetivos.

APROVECHAR LAS OPORTUNIDADES

México aprovechó al máximo sus oportunidades frente al arco rival, demostrando una atención aguda, mientras que Panamá exhibió una mayor agresividad pero careció de precisión en la definición. Este desequilibrio resultó en una victoria contundente para el equipo mexicano. Panamá debe aprender de esta experiencia, comprendiendo que la agresividad y la velocidad en el campo deben combinarse con la astucia y la sagacidad de los jugadores para identificar y aprovechar los espacios de manera efectiva en el ataque. La comunicación fluida desde el arquero hasta los delanteros, siguiendo meticulosamente el plan de juego del cuerpo técnico, es fundamental para el éxito del equipo.

Las derrotas enriquecen y fortalecen, proporcionando lecciones valiosas no solo a los jugadores, sino también al cuerpo técnico y a los fanáticos. Estas experiencias fomentan la madurez y la conciencia de que en el fútbol, el análisis y el estudio son tan importantes como la emoción, permitiendo extraer aspectos positivos incluso de las derrotas más dolorosas.

Panamá se prepara ahora para disputar el tercer puesto contra Jamaica. Aunque este encuentro puede presentar matices diferentes, representa otra oportunidad para el aprendizaje y el crecimiento, con la mirada puesta en el próximo desafío: la Copa América.