Farándula

70 años sin Frida Kahlo

A pesar de su corta vida, Kahlo dejó una profunda huella en la cultura mexicana y en el arte internacional. Su imagen ha sido ampliamente utilizada en los últimos años, apareciendo en la moda, complementos y objetos como reclamo comercial.

Monserrat Alzamora

Por Monserrat Alzamora

La relación entre Frida Kahlo y Diego Rivera fue complicada.

Este 13 de julio se conmemora el 70 aniversario de la muerte de Frida Kahlo, una de las artistas más influyentes del siglo XX.

Nacida en 1907, Kahlo se destacó como una mujer feminista, luchadora social y artista de gran talento, a pesar de los numerosos desafíos que enfrentó en su vida.

Kahlo sufrió de poliomielitis de niña, lo que le dejó secuelas de por vida, y a los 18 años sobrevivió a un grave accidente que le destrozó la columna y la pelvis. Durante su recuperación, aprendió a pintar y encontró en el arte una forma de expresar su dolor y reivindicar su independencia.

Su obra, caracterizada por un lenguaje surrealista y onírico, es en gran medida autobiográfica y refleja los estados psicológicos de la artista. Kahlo se convirtió en un ícono que representa la autenticidad y la diferencia, y su mirada única y su forma de enfrentar la vida la convirtieron en un símbolo de la lucha de la mujer contra toda imposición.

A pesar de su corta vida, Kahlo dejó una profunda huella en la cultura mexicana y en el arte internacional. Su imagen ha sido ampliamente utilizada en los últimos años, apareciendo en la moda, complementos y objetos como reclamo comercial. Sin embargo, su sobrina nieta Cristina Kahlo ha expresado que la artista “ha sido convertida en un producto”.

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Kahlo fue hija y nieta de fotógrafos, y poseía un don especial para posar. No tuvo reparos en mostrar lo más dramático de sí misma, pero siempre de una manera enigmática, enseñando y ocultando al mismo tiempo.

Su existencia estuvo marcada por una intensa y turbulenta relación con el muralista mexicano Diego Rivera, con quien se casó en 1929.

La intensa y turbulenta relación entre Kahlo y Rivera se reflejó profundamente en la obra de Kahlo. Muchas de sus pinturas representan su amor y obsesión por Rivera.

Kahlo a menudo se retrataba a sí misma junto a Rivera, como en las obras “Frida y Diego Rivera” (1931) y “Diego y yo” (1949), donde el rostro de Rivera aparece como un tercer ojo en el autorretrato de Kahlo.

A pesar de las dificultades que enfrentó, Frida Kahlo se mantuvo fiel a sí misma y a su arte, convirtiéndose en un símbolo de fortaleza, autenticidad y lucha por la igualdad. Su legado sigue inspirando a generaciones de artistas y activistas en todo el mundo.