El reggae panameño despidió este miércoles a uno de sus grandes. Entre lágrimas, aplausos y ritmo, pocas personas se reunieron en el Parque Urracá para rendir el último adiós al cantante Leavitt Eduardo Zambrano Haynes, conocido artísticamente como Japanese.


El escenario fue testigo de momentos cargados de emoción, donde artistas, familiares y fanáticos recordaron su legado musical y su alegría inconfundible. Durante el homenaje, una de sus hijas recibió un reconocimiento simbólico: el “Grammy” que Japanese nunca pudo sostener en vida, entregado como muestra de respeto y gratitud al artista que puso a Panamá en alto.

La esposa del cantante, Vanessa Torres, agradeció a los presentes y recordó con la voz entrecortada al hombre detrás del ídolo. “Que lo recuerden por su alegría, por cómo amaba a su hija y por la forma en que ayudó a tantos jóvenes artistas. Él siempre tuvo tiempo para todos”, expresó.

Rodolfo Morales - Presidente Colon Town
“Lo apoyé de todas las maneras posibles. Y pienso que valió la pena.”
En el público, rostros conocidos acompañaban a la familia, entre ellos Rodolfo Morales, presidente de Colón Town, quien fue un apoyo fundamental para el artista en tiempos de enfermedad. “Él fue más que un impacto, fue una luz. En sus momentos más difíciles siempre tuvo esa chispa para seguir brillando”, expresó.

Renato - Cantante
“Siempre fue alegría, sonrisa y buena vibra. No tengo el valor de verlo así, prefiero quedarme con la imagen del amigo alegre y disciplinado que conocí”
El veterano cantante Renato, uno de los nombres más respetados del reggae panameño, también se hizo presente en el homenaje y recordó a Japanese conmovido. Destacó la entrega de Japanese en los escenarios, al recordarlo como un artista incansable que podía presentarse en seis o siete shows en una sola noche.


Suppose Camaleon - Cantante
“Donde fuera, la gente lo quería, lo respetaba y lo recibía con cariño”
El Scaredem Crew, con Suppose Camaleon a la cabeza, llevó el féretro en hombros, cumpliendo el último recorrido junto a su hermano musical. “Va a hacer falta, porque como él, no hay otro. Tenía un estilo único y un don que no se aprende”, dijo Cameleon, recordando los días en que compartieron tarima y calle.

El veterano Tony Bull, uno de los pioneros del reggae, recordó cómo fue “el puente entre generaciones”, uniendo a Japanese con artistas como Dangerman.
Luego del emotivo homenaje en el Parque Urracá, el féretro de Japanese fue llevado hasta el vehículo fúnebre entre aplausos y lágrimas, para iniciar una caravana encabezada.
Decenas de autos se unieron al recorrido que avanzó lentamente hacia el Cementerio Parque Praderas de La Paz, donde familiares y amigos más cercanos participarían en una ceremonia religiosa privada.

El trayecto estuvo marcado por bocinas que sonaban al compás de sus propias canciones, que salían de las ventanas como una última serenata del pueblo al ídolo que hizo del reggae panameño su bandera.
Entre actuaciones musicales y plegarias, varios artistas agradecieron a Dios por la vida y el legado del intérprete. En el aire se mezclaban el ritmo del reggae, el olor a flores y los aplausos del público, que despedía al ídolo con la misma energía con la que él vivió: cantando, soñando y amando al pueblo que lo vio crecer.


