El pasado sábado 15 de junio se celebró el tradicional “Trooping the Colour” en Reino Unido, la celebración oficial del cumpleaños del rey Carlos III y que este año tuvo un significado especial, ya que tanto el rey como la princesa de Gales, Kate Middleton, han estado luchando contra el cáncer.
La gran protagonista del día, como no podía ser de otra manera, fue Kate Middleton, quien hizo su primera aparición pública en casi 6 meses después de iniciar su tratamiento de quimioterapia. Su presencia acaparó todos los focos, convirtiéndola en una heroína por su lucha contra la enfermedad.
Sin embargo, a pesar de que el día parecía ser solo para Kate, la duquesa de Sussex, Meghan Markle, desde California, intentó acaparar un poco de protagonismo. Y es que mientras Kate brillaba en el evento al lado de su suegro, Meghan, que no fue invitada al evento, aprovechó para promocionar su marca de mermeladas “American Riviera Orchard” a través de las redes sociales de su amigo Nacho Figueras, acción que fue muy criticada, ya que se consideró un intento de llamar la atención en un momento que debería haber sido solo para Kate.
Las reacciones en redes sociales fueron negativas, acusando a Meghan de envidia y de intentar monetizar el “día de Kate”. Por supuesto, a la esposa del príncipe Harry le quedará la “excusa” de decir que no utilizó sus redes, que el mensaje salió de la red social de otra persona, lo cual es cierto. Pero a estas alturas pocos le creen.
El intento de Meghan de mantener su relevancia pública ha sido visto como un pataleo de ahogado, ya que los británicos adoran a la princesa de Gales y desde que anunció que está luchando contra el cáncer no hay mayor ídolo que ella porque reúne todas esas cosas que gustan al pueblo: carisma, resiliencia, lucha, empoderamiento.