Los ataques de represalia de Estados Unidos contra las milicias proiraníes en el noreste de Siria tras la muerte de un contratista se han saldado por el momento con 16 muertos, entre ellos tres militares sirios, según el nuevo balance proporcionado por activistas.
La organización del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha podido identificar, además de a los tres militares, a otros nueve sirios que trabajaban para estas milicias proiraníes, afines a Damasco.
Se desconocen más detalles de las otras cuatro víctimas mortales. Los ataques ocurrieron contra un almacén de municiones iraní en el barrio de Harabish de la ciudad de Deir Ezzor, contra posiciones en la campiña de Al Mayadin y en la campiña de Al Bokamal -- en esta última posición estaría desplegado un destacamento de la Guardia Revolucionaria iraní --.
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Las milicias proiraníes respondieron a estos ataques con nuevos lanzamientos de cohetes contra una base militar estadounidense cercana al yacimiento de petróleo de Al Omar, que se saldaron sin víctimas ni daños de consideración.
Los últimos incidentes comenzaron el jueves por la tarde, cuando un ataque de estas milicias dejó un contratista muerto y seis heridos, identificados como cinco miembros del servicio estadounidense y otro contratista.
En respuesta, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó una serie de bombardeos contra instalaciones utilizadas por “grupos afiliados” a la Guardia Revolucionaria.