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Alarma en Brasil: Sequía récord amenaza la cuenca amazónica

Las comunidades ribereñas de la Amazonia están siendo aisladas por la baja navegabilidad de los ríos, lo que agrava la crisis alimentaria en la región.

Por Luis Del Valle

Comunidades ribereñas de la Amazonia enfrentan un aislamiento sin precedentes debido a la disminución de los niveles de agua en los ríos.

La Amazonia, uno de los pulmones más vitales del planeta, enfrenta una amenaza sin precedentes. Tras una sequía récord el año pasado y una temporada de lluvias insuficientes desde entonces, los ríos de la cuenca amazónica están experimentando niveles de agua peligrosamente bajos. Este fenómeno no solo pone en riesgo la biodiversidad, sino que también tiene graves repercusiones para las comunidades locales y la economía brasileña.

Desde junio, el Servicio Geológico Brasileño (SGB) ha advertido sobre el continuo descenso en los niveles de agua en los ríos amazónicos, con predicciones de que estos niveles caerán por debajo de los registros históricos en todas las principales vías fluviales de la región. El río Negro en Manaus, por ejemplo, ha visto su profundidad reducirse de 24 metros a solo 21 metros en comparación con el año pasado. Esta disminución alarmante preocupa a las industrias locales que dependen del transporte fluvial para mantener sus operaciones.

La sequía en la Amazonia no solo afecta el transporte, sino también la pesca, vital para la subsistencia de miles de familias.

La situación es particularmente grave en el río Madeira, en Porto Velho, estado de Rondonia, donde la profundidad ha caído por debajo de los dos metros, cuando lo normal es 5.3 metros. Este río es crucial no solo para el transporte, sino también para la generación de energía, con dos represas hidroeléctricas, Jirau y Santo Antonio, que ya están sintiendo los efectos de la sequía. La disminución en la navegabilidad de los ríos ha comenzado a aislar a comunidades enteras, que ahora enfrentan dificultades para acceder a alimentos y suministros básicos.

El gobierno brasileño, consciente de la gravedad del problema, ha comenzado trabajos de dragado en puntos críticos del río Madeira, y se están contratando obras similares para los ríos Amazonas y Solimões. Sin embargo, las perspectivas para la temporada de navegación siguen siendo sombrías, y ya se anticipa que muchos puertos del río Amazonas podrían quedar inutilizables en los próximos meses. La consultora ARGUS ha pronosticado que esto podría resultar en un redireccionamiento de las cargas de granos y fertilizantes hacia otros puertos más al sur, lo que aumentaría los costos de envío para los productores.

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El impacto de esta crisis no se limita al transporte y la economía. La sequía y la falta de lluvias también están afectando la pesca, una fuente de sustento clave para las comunidades ribereñas. Con los arroyos secos y la muerte de peces, estas comunidades están enfrentando una situación de emergencia alimentaria.