Los tres surfistas extranjeros, los hermanos australianos Jake y Callum Robinson y su amigo estadounidense Jack Carter Rhoad, fueron asesinados a tiros en Baja California, México, mientras estaban de vacaciones para surfear. Según las autoridades mexicanas, los surfistas fueron víctimas de un intento de robo de su camioneta. Cuando se resistieron, los asaltantes les dispararon a la cabeza, matándolos.
La fiscal general de Baja California, Elena Andrade, afirmó que el ataque no tuvo que ver con el surf, sino que los extranjeros fueron víctimas que se encontraron en el momento equivocado cuando los asaltantes intentaban robar su vehículo.
Los cuerpos de los tres surfistas fueron encontrados el 3 de mayo en un pozo de 15 metros de profundidad, junto con el cadáver de otra persona no identificada. Finalmente, el domingo 5 de mayo, los familiares de las víctimas reconocieron los cuerpos.