Tras su regreso a Emiratos Árabes, Bahrein y Qatar, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aseguró que las noticias que alertan sobre una destrucción irreversible de la Amazonia por la creciente deforestación son falsas y propagadas por opositores que quieren afectar la imagen del país y alejar las inversiones del país.
El mandatario minimizó los datos alarmantes sobre la destrucción de la mayor selva tropical del mundo un día después de que el propio Gobierno de su país publicó un informe sobre la pérdida de 13.235 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal en la Amazonía, entre agosto de 2020 y julio de 2021, la mayor área degradada para un período de doce meses en los últimos 15 años.
“Si la deforestación tuviera las proporciones que están diciendo, la Amazonia ya sería un desierto”, expresó.
El aumento de la deforestación en el período 2020-2021 pone en cuestionamiento la promesa de Brasil de revertir esta tendencia y eliminar la deforestación ilegal para 2028, tal como se comprometió en la última conferencia de la ONU sobre el cambio climático, la COP26.
En aquella cumbre de Glasgow, se presentó un informe que sostenía que la Amazonia “está en un punto de no retorno y puede convertirse en un desierto”.
Ante esa afirmación, Bolsonaro reaccionó:
“Se trata de la misma bobada de siempre. Es una noticia patrocinada por brasileños que trabajan contra el país, ahuyentan inversiones y generan muchas dificultades económicas”.
Por su parte, el ministro de Medio Ambiente de Brasil, Joaquim Leite, calificó este lunes de “inaceptable” los permanentes aumentos de las tasas de deforestación en la Amazonía y garantizó que el Gobierno será más “contundente” frente a la tala ilegal.
“Vamos a actuar de forma contundente, vamos a tener más recursos” y proceder de forma enérgica “para eliminar la deforestación ilegal en la Amazonía”, afirmó Leite en una rueda de prensa junto al canciller Carlos França y la ministra de Agricultura, Tereza Cristina Correa.
Leite consideró “inaceptables” unos datos oficiales divulgados la semana pasada, según los cuales la Amazonía brasileña perdió 13.235 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal entre agosto de 2020 y julio de 2021, lo que representa la mayor superficie degradada en un período de doce meses en los últimos quince años.
El reconocimiento de la gravedad de la situación por parte de Leite va en contra de lo que sostiene el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien la semana pasada, después de conocerse ese informe, volvió a negar que la Amazonía brasileña esté siendo destruida.
El ministro Leite, por el contrario, además de reconocer que la deforestación ilegal avanza sin pausa, insistió en que Brasil debe enfrentar ese problema y reiteró que el país se ha comprometido a “eliminar la deforestación ilegal para 2028″.
Esa meta fue presentada en la reciente cumbre del clima de la ONU (COP26), pero las autoridades brasileñas aún no han precisado por completo sus planes para alcanzarla.Leite, sin embargo, explicó que su despacho analiza con otros órganos del Gobierno, entre los que citó el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, un futuro refuerzo de los efectivos policiales y militares que operan en la región amazónica.
”Van a actuar de forma contundente”, insistió el ministro, aunque sin abundar en ningún detalle sobre esos planes.