El presidente Jair Bolsonaro y el exgobernante Luiz Inacio Lula da Silva jugaron sucio en un durísimo debate celebrado ayer domingo, a dos semanas de la segunda vuelta de las elecciones de Brasil.
El debate, con un formato muy libre, permitió largos cruces dialécticos entre los dos candidatos, que derivaron en constantes enfrentamientos, en los que no faltaron golpes bajos, mentiras, insultos y palabras soeces.
Pero tampoco silencios incómodos y alguna risa entre los oponentes, que debatieron sin atril, frente a frente, llegando a haber incluso contacto físico en un momento, cuando Bolsonaro puso la mano en el hombro de Lula tras una ironía del exsindicalista.
Pandemia y la corrupción
Lula desgastó a Bolsonaro principalmente con su criticada gestión de la pandemia, la grave situación económica que vive la capa de la población más pobre, o a la destrucción de la selva amazónica.
Del otro lado, Bolsonaro puso en aprietos a Lula principalmente sacando a relucir la corrupción en los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), entre 2003 y 2016.
LEA TAMBIÉN: Keiko Fujimori está muerta para el Registro Civil de Perú
“Petrobras fue el mayor escándalo de corrupción de la humanidad. Saquearon 90.000 millones de reales (unos 18.000 millones de dólares). Usted se metió el dinero en el trasero y lo repartió con los amigos”, le espetó Bolsonaro a Lula en uno de los momentos más ásperos del debate.
Lula reconoció que hubo corrupción en la petrolera estatal, pero aseguró que todo se descubrió por la transparencia de su Gobierno (2003-2010).
Las amistades de Lula
El líder de la ultraderecha aprovechó el tramo final del debate para sacar a relucir la relación de Lula con presidentes latinoamericanos como el nigaragüense Daniel Ortega, el venezolano Nicolás Maduro, el colombiano Gustavo Petro o el argentino Alberto Fernández, a los que vincula con el comunismo.
Dedicó más tiempo a criticar a Ortega, en especial por la detención de sacerdotes, el cierre de iglesias y de medios de comunicación.
El exsindicalista dijo que la situación política de Nicaragua le corresponde resolverla a los nicaragüenses, aunque dejó un recado para Daniel Ortega.
“Si alguien se cree imprescindible, está naciendo un dictador. Pero si Ortega está equivocándose, que el pueblo nicaragüense lo castigue. Si Maduro está equivocándose, que el pueblo venezolano lo castigue”, dijo Lula.
También trajo a colación el discurso del presidente colombiano Gustavo Petro en la ONU para defender la despenalización de la cocaína, vinculándolo con Lula, quien nunca se ha pronunciado a favor de la legalización de las drogas.
Insultos en ambos lados
Los insultos marcaron la tónica del debate y sobresalieron por encima de las propuestas de gobierno.
Lula llamó a Bolsonaro “pequeño dictadorcito”, “mentiroso” y “caradura”, mientras que el actual jefe de Estado dijo que su predecesor es “una vergüenza nacional” y un “ladrón”.
Los brasileños volverán a las urnas el próximo 30 de octubre para elegir entre Lula y Bolsonaro.
En la primera vuelta de las elecciones, celebrada el pasado 2 de octubre, Lula fue el candidato más votado, con el 48,4 %, frente al 43,2 % de los sufragios que recibió Bolsonaro.
(Efe y agencias de prensa)