Los casos fueron revelados en Las Igualadas (@LasIgualadas), un canal creado para discutir con tranquilidad temas de género que muchas veces son ignorados. La primera en denunciar fue Alejandra Omaña, reconocida en el mundo del porno como Amaranta Hank, quien contó que fue víctima del cronista en 2013 cuando estudiaba Comunicación Social en Cúcuta y viajó a Bogotá para ser parte del equipo de comunicaciones de Prisa Ediciones.
“Mi jefe de ese entonces hacía especial énfasis en ser amables con los escritores, pues del trato que la editorial tuviera con ellos dependía que decidieran no irse con la competencia. El 7 de marzo, Alberto Salcedo Ramos me invitó por unas cervezas a Usaquén y yo, muy animada, acepté. Soñaba con ser escritora y lo veía como un mentor”, contó la mujer.
Agregó que cuando iban de salida para sus casas este “me empujó contra la pared y empezó a besarme a la fuerza. Lo alejé, pero me tomó con fuerza con sus manos grandes e intentó meterme su lengua en mi boca”.
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Pese a que intentó evadirlo de muchas formas, cuando iban en el taxi ella le indicó al conductor que la llevara a su casa, pero Salcedo insistía en que fueran un rato a su residencia para ver unos libros, películas y revistas que le iban a servir a ella en su carrera periodística. Ella, finalmente aceptó.
“Cuando entramos al apartamento, inmediatamente me tomó a la fuerza por las manos, las llevó a su pene y empezó a frotarse sobre el pantalón. Tenía una erección. Intentaba alejarme, pero tomada a la fuerza de las manos me llevó a su habitación, se acostó y me sentó encima de él, frotando su pene erecto sobre mi vagina”, confesó Alejandra.
En medio de su acoso, Omaña afirmó que en ese momento tuvo que “hablarle bonito” y darle excusas para que no la tomara por la fuerza, prometiéndole que volvería al día siguiente pues prefería tener sexo con él cuando estuviera sobrio. Así fue como la dejó ir, sin embargo, nunca más se volvieron a escribir.
Angie Castellanos, es la otra periodista que interpuso una denuncia en contra del cronista por los hechos sucedidos en 2011, cuando estaba en séptimo semestre de Comunicación Social y Periodismo en el Politécnico Gran Colombiano.
La mujer contó que conoció a Salcedo en una entrevista radial y días después lo agregó a Facebook.
“Me empezó a enviar toques y me pareció un poco extraño. Después de unos días me empezó a hablar. Para mí era impresionante porque me escribía cosas muy bonitas. Además, desde el principio me hacía notar lo especial que yo era porque él me estaba hablando”, dijo Castellanos.
Luego de conversaciones virtuales, el periodista la invitó a tomar un café, pero llegando al sitio este le dijo que si no había problema de que se vieran en su apartamento, pues el lugar estaba cerrado.
“Llegamos a su edificio. Tan pronto el ascensor cerró, Alberto se abalanzó sobre mí, me besó y todo su cuerpo estaba contra mi cuerpo. Estaba un poco confundida con lo que había pasado, pero él me dijo que tranquila, que íbamos a ver un partido de fútbol”, afirmó la víctima.
Agregó que “se ubicó en el extremo izquierdo de la cama y yo me ubiqué en el extremo derecho. Empezó a decirme que tranquila, que no iba a pasar nada, que me recostara. Luego puso su mano al interior de mi buzo tocando mi piel del estómago. Me incomodó bastante, entonces lo que hice fue apartarme”.
La situación no paró allí, pues Alberto empujó a Angie contra el closet y empezó a besarla. “Yo le repetía Alberto, no, Alberto, por favor, acuérdate que yo tengo novia”. Luego intentó tranquilizarla, invitándola a la biblioteca y le pide que se siente sobre sus piernas. Ella accede.
“Accedo a sentarme sobre él. Continúa leyendo, pero también empieza a tocarme mis muslos, a presionarme contra su cuerpo y a hacerme sentir su erección”, recordó la mujer, que para ese entonces tenía 17 años.
Los demás casos fueron también revelados pero de forma anónima, pues las víctimas no quisieron hacer pública su identidad.
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Lo de Salcedo Ramos es un secreto a voces. Gracias a las dos mujeres que hicieron público su testimonio y a quienes lo hicieron anónimo. Se necesita valor para enfrentar a quien alguna vez viste como mentor, uno además 'sagrado' en el periodismo. https://t.co/7WSjuf1Twh
— Lorena. (@LoreBeltran) September 10, 2020
Se habla de una estudiante de la Universidad Javeriana, otra periodista de la universidad Jorge Tadeo Lozano, otra joven que añadió que el cronista le enviaba comentarios obscenos por redes sociales y finalmente, un hombre gay que aseguró que Salcedo era violento con los homosexuales de su clase y que se pasaba con las compañeras.
Por otro lado, Las Igualadas también reveló “que el modos operandi de Salcedo comienza con conocer a las mujeres en un espacio académico, luego la conversación por redes sociales, la invitación a tomar café y luego un aprovechamiento de su nombre y su reputación con fines sexuales no consentidos”.
¿Qué dice Alberto Salcedo?
Ante las denuncias en su contra, el periodista se pronunció diciendo que lo sucedido con Alejandra Omaña y con Angie Castellanos fue consentido por ambas partes.
“No la he obligado en absoluto a darme besos ni a tocar”, dijo con respecto a Angie. “No la forcé absolutamente a nada”, expresó con relación a Alejandra.
“A lo largo de mi vida he sido respetuoso con las mujeres. Valoro sus luchas por un mundo más justo y equitativo en todos los ámbitos”, puntualizó el cronista.
Así lo reseño la página Vanguardia.com en Colombia