El tribunal de Aviñón, Francia, ha autorizado la proyección de videos y fotografías de las violaciones sufridas por Gisèle Pelicot, de 71 años, en un juicio que involucra a 51 hombres acusados de abusos sexuales. Esta decisión revierte una anterior prohibición que se había impuesto debido al carácter “indecente y chocante” del material visual. La víctima había expresado su deseo de que el juicio no se celebrara a puerta cerrada para que “la vergüenza cambie de bando” y se opuso a que las imágenes se proyectaran solo ante los acusados y el personal judicial.
Gisèle Pelicot ha sido objeto de agresiones sistemáticas orquestadas por su esposo, Dominique Pelicot, quien la drogaba para facilitar los abusos. Los videos grabados por él durante más de una década han sido cruciales para identificar a otros acusados, quienes enfrentan penas de hasta 20 años de prisión. A pesar de la relevancia del material para el caso, varios abogados defensores se opusieron a su difusión pública, argumentando que no era necesaria y que contribuía a un espectáculo nauseabundo. Sin embargo, el abogado de Pelicot destacó que la difusión podría ayudar a prevenir futuros abusos y dar sentido al sufrimiento de su cliente.
La situación ha generado un intenso debate sobre la justicia y la representación de las víctimas en los juicios por agresiones sexuales en Francia. Gisèle Pelicot ha declarado sentirse humillada por las insinuaciones de complicidad en los abusos y ha enfatizado que nunca dio su consentimiento.