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Experto jesuita en temas de abusos y actos libidinosos del Vaticano acepta que la lacra de la Iglesia no escucha a las víctimas

Asegura que la Iglesia no está acostumbrada a la transparencia, respeto de las reglas y rendición de cuentas...

Europa Press

Por Europa Press

Los jardines del Vaticano. Foto: EFE (SAMANTHA ZUCCHI/EPA)

El jesuita alemán Hans Zollner, uno de los máximos expertos del Vaticano en temas de abusos sexuales ha advertido de “obstáculos” en la lucha contra esta lacra en la Iglesia tras manifestar que muchas víctimas perciben que no son “escuchadas”.

“Aunque ha aumentado el compromiso de muchos en este tema, hay mucha gente que trabaja y la red ha crecido enormemente, hay algunos que obstaculizan esto. Y las víctimas siguen teniendo la impresión de que no son escuchadas”, señaló en rueda de prensa en Roma este lunes 17 de abril Zollner, que dimitió en marzo de su cargo en la Pontificia Comisión para la Protección de Menores.

“Aunque vi con mis propios ojos cómo el papa Francisco se toma tiempo y escucha a las víctimas y él es un ejemplo de la actitud que debería tener la Iglesia, algunos a veces no quieren escuchar”, lamentó. Zollner dejó de formar parte de la Pontificia Comisión para la Tutela de Menores (PCTM) creada por el papa Francisco hace nueve años con su ayuda tras denunciar “falta de transparencia, respeto de las reglas y rendición de cuentas”, según señaló.

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El cardenal estadounidense Sean O’Malley, arzobispo de Boston y presidente de la comisión, había anunciado previamente en un comunicado que la dimisión de Zollner- que desde hace 11 años dirige el Instituto para la Protección de Menores de la Pontificia Universidad Gregoriana y es también consultor de la diócesis de Roma - se debía a una sobrecarga de trabajo. “No dijo que había problemas”, ha precisado Zollner este lunes que, además ha apuntalado la falta de normas que regularan la relación de la PCTM con el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que con la reforma de la curia puesta en marcha el año pasado, quedó englobada en este departamento.

Zollner admite que para él no fue fácil tomar la decisión de irse. “Muchas veces me pregunté: ¿Este gesto corresponde al espíritu de equipo y a la discreción necesaria en cualquier trabajo de grupo? ¿Con mi decisión, daño al Santo Padre que está muy interesado en el trabajo de la PCTM?”, se pregunta.

También deja claro que su decisión de comparecer ante la prensa no fue tomada con “objetivos polémicos o para dañar la comisión”. Con todo, asegura que la Pontificia Comisión para la Protección de Menores es “muy compleja desde el punto de vista político y emotivo, por obvias razones” y ha destacado que “tiene una enorme importancia en la lucha contra los abusos y tiene un valor intrínseco que no puede ser sustituido por nada”.

Para Zollner, los puntos críticos del organismo del Vaticano tienen que ver con tres cuestiones fundamentales. “El Papa Francisco los había identificado como esenciales en la lucha contra los abusos en ocasión de la cumbre sobre la protección de menores de 2019: transparencia, respeto de las reglas y rendición de cuentas”, recuerda.

No obstante, revela que en varias ocasiones escribió a los directivos de la comisión para advertirles que veía que las cosas no funcionaban en estos puntos, sin recibir jamás una respuesta. “Si uno no sabe de qué es responsable, si no tiene claros sus límites precisos y competencias y a quién tiene que rendirle cuentas, hay confusión. Y esto crea dificultades en el respeto de las reglas y también en la transparencia”, argumenta.

En este sentido, apunta que si la Iglesia no sirve a los últimos, a los heridos, como son las víctimas de abusos, no tiene sentido. “Muchas víctimas ya no esperan nada, pero muchas otras aún desean encontrar una imagen humana de la Iglesia y el dolor más grande es que no la encuentran”, avisa. Asimismo, considera que la Iglesia “no está acostumbrada al lenguaje de estas tres palabras -transparencia, respeto de las reglas y rendición de cuentas-, y no es una cuestión de derecha o izquierda, de liberales o conservadores”. “No es una cuestión de partido, sino de actitud”, concluyó.