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Futuro de las pensiones chinas lleva a muchos ciudadanos a las calles

Temen que una nueva reforma limite los beneficios de la población

Redacción Mi Diario

Por Redacción Mi Diario

Una protesta de jubilados que elevaron su voz en reclamo a recortes en el seguro médico público, además de una serie de manifestaciones registradas en los últimos meses, muestran un creciente clima de descontento entre la población de China.

Los mítines más recientes tuvieron lugar el pasado miércoles en las ciudades chinas de Wuhan y Dalian, donde adultos mayores principalmente salieron a las calles para expresar su malestar frente a una nueva reforma en los pagos de pensiones.

Los recortes a los beneficios para los jubilados, reducidos de 260 yuanes (38 dólares) a 83 yuanes, fueron el motivo principal de la protesta, según residentes de Wuhan.

En el caso de esta ciudad, el mayor número de manifestantes se reunió en los alrededores de un parque céntrico. Un video de la protesta mostró empujones entre quienes reclamaban sus derechos y personal uniformado.

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Las protestas reflejan la presión fiscal que están experimentando muchos gobiernos locales después de que las restricciones establecidas por el COVID-19 devastaron la economía china.

Estos nuevos reclamos se registraron después de las manifestaciones que se realizaron a finales del año pasado en ciudades de todo el país, como respuesta a la dura política de “COVID Cero” en China.

Millones de personas se congregaron en lugares públicos en diferentes momentos para cuestionar las medidas de confinamiento, de aislamientos forzados y de pruebas masivas puestas en marcha desde hace casi tres años para enfrentar la pandemia.

La población china realizó masivas manifestaciones contra la política de Covid Cero, algo poco usual en un país con un régimen de gobierno poco tolerante.

Estas manifestaciones son poco frecuentes en China, donde las autoridades hacen cumplir estrictamente las leyes del orden público y los movimientos de protesta se apagan rápidamente.

Observadores internacionales consideran la ola de protestas como un inédito desafío para el presidente Xi Jinping, en un país en el que expresar opiniones contra el gobierno puede tener graves consecuencias.