A Michael Carroll, un joven británico de 19 años que trabajaba como recolector de basura, la fortuna le sonrió en 2012 cuando se ganó 9,7 millones de libras (más de 11,4 millones de euros) en la Lotería Nacional Británica.
Tras recibir el suculento premio, Carroll abandonó su trabajo y se lanzó a una vida de lujo sin límites. Compró una lujosa mansión, adornada con todo tipo de extravagancias, y sus incesantes fiestas le valieron el apodo de ‘el gran Gatsby’ entre sus nuevos amigos. Se entregó a una espiral de drogas, alcohol y relaciones promiscuas, llegando a afirmar que había tenido relaciones con 4 mil mujeres y que comenzaba sus días con tres líneas de cocaína y media botella de vodka.
Este comportamiento autodestructivo le trajo a Carroll un sinfín de problemas legales, fue arrestado más de 30 veces y encarcelado en tres ocasiones. Además, su esposa, cansada de sus muchas infidelidades, lo abandonó.
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Después de ocho años, Carroll había gastado toda su fortuna. Intentó recuperarla invirtiendo en diferentes proyectos, pero en todos fracasó. Con lo poco que le quedaba compró más billetes de lotería esperando un nuevo golpe de suerte, pero tampoco tuvo éxito. En 2010, se declaró en bancarrota y tuvo que vender su casa para pagar sus deudas.
Luego de pasar un tiempo en un hotel para indigentes, trabajó en fábricas de galletas y mataderos, y en 2019 se mudó a Escocia, donde comenzó a trabajar como repartidor de carbón. Actualmente, Carroll ha recuperado su antiguo trabajo como recolector de basura y ha vuelto a casarse con su exmujer.