El alto comisionado de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, dijo este domingo en la conferencia de seguridad de Múnich que Rusia y China quieren redefinir el orden mundial y que hay que oponerse a ello para defender los derechos de los pueblos y los derechos humanos.
“Estamos ante una lucha de narrativas, parte de esa lucha es un intento por redefinir el orden mundial”, dijo Borrel que se refirió al documento conjunto que publicaron Rusia y China el 4 de febrero.
En ese documento, según Borrell, se abandona el principio de la soberanía de los pueblos y se ve solo a los estados como soberanos, con lo que se abre la puerta para no respetar los derechos de las minorías. “Para Rusia y China solo los estados son soberanos, no los pueblos”, dijo Borrell.
Asímismo, esos dos estados buscan una redefinición de la democracia en la que lo que importa son solo los resultados y Borrel recordó como China había publicado un libro blanco en el en que se definía como “democracia eficaz”.
“El uso de un adjetivo recuerda el uso de la expresión democracias populares durante la era soviética o democracia orgánica durante el franquismo”, dijo Borrell. “Hay una lucha por la universalidad de los derechos humanos y China y Rusia quieren relativizar esa universalidad”, agregó.
Para Borrell, China y Rusia quieren volver al mundo del siglo XIX, “con grandes imperios definiendo el orden mundial con esferas de influencia”.
“Tenemos que oponernos, tenemos que movernos en el mundo del siglo XXI y evitar repetir los errores del siglo XX”, aseguró.
Para Borrell hay dos principios claves que deben ir juntos. Por un lado, el respeto a la soberanía y la independencia de los estados y, por otro, el respeto a los derechos de los pueblos. “Si solo se tiene en cuenta lo primero solo queda la soberanía estatal. Tenemos que oponernos al revisionismo ruso y chino porque si se impone ya no importarán los derechos humanos”, señaló.
Ante la situación actual hay dos retos, según Borrel. Uno inmediato, que es la crisis de Ucrania, ante el que hay que reaccionar de manera inmediata.
A mediano plazo, además, la UE tiene que revisar su “compás estratégico” aumentando las capacidades para defender principios y estándares comunes.
“No se trata de la defensa de principios occidentales o de la defensa de occidente. Se trata de defender principios comunes”, subrayó.
La advertencia de Borrel llega mientras aumenta la tensión en Ucrania, donde los separatistas prorrusos alzados controlan una parte del Donbás desde 2014 - aumentan las hostilidades.
Los insurgentes acusaron a Kiev de quererlos atacar y anunciaron una “movilización general” de todos los hombres en estado de combatir. Además ordenaron una evacuación de civiles hacia las regiones vecinas de Rusia, un posible prolegómeno de un conflicto.
En la noche del sábado al domingo, las agencias rusas informaron de disparos de artillería en la periferia de Donetsk, cerca de la línea del frente. Y los observadores de la OSCE, encargados de velar por el alto el fuego en la zona, alertaron de un incremento de las violaciones de ese acuerdo que buscaba poner fin al conflicto, que ha dejado 14.000 muertos desde 2014
En tanto, Bielorrusia anunció que los ejercicios militares conjuntos con Rusia que se llevan a cabo en su territorio, y que debían terminar el domingo, proseguirán debido a las crecientes tensiones.
El sábado, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski instó a Estados Unidos y a la OTAN a abandonar la política de “apaciguamiento” de Rusia y aumentar su ayuda militar a Kiev. Pero, al mismo tiempo pidió no “entrar en pánico”, durante la conferencia de seguridad en Múnich.
El primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó por su lado que Rusia prepara lo que podría constituir “la mayor guerra en Europa desde 1945″ y que la invasión no solamente atacaría Ucrania por el este, sino también por el norte, desde Bielorrusia para “rodear Kiev”, indicó en una entrevista a la cadena BBC. “Todas las señales indican que Rusia planea un ataque total contra Ucrania”, afirmó el sábado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.