El papa Francisco, en su discurso de inicio de año dirigido a los embajadores acreditados ante la Santa Sede, enfatizó la necesidad de respetar los derechos de todos los venezolanos, incluyendo a aquellos arrestados en los últimos meses. Abogó por el inicio de negociaciones que busquen el “bien común” del país, subrayando que la grave crisis política en Venezuela solo podrá superarse mediante la adhesión a los valores de verdad, justicia y libertad, así como el rechazo a cualquier forma de violencia.
En el largo discurso, que leyó un colaborador, ya que el papa explicó que sigue “resfriado”, el Pontífice repasó las guerras y la situación en el mundo, mencionó a Venezuela y “la grave crisis política en la que se debate”.
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Y aseguró que “esta podrá ser superada solo con la adhesión sincera a los valores de la verdad, de la justicia y de la libertad, a través del respeto a la vida, a la dignidad y a los derechos de cada persona, incluidos los de quienes han sido arrestados a causa de los sucesos de los últimos meses”.
El Pontífice también hizo referencia a la situación política en otros países de América Latina, como Bolivia y Colombia, y expresó su preocupación por Nicaragua, donde instó a garantizar la libertad religiosa y otros derechos fundamentales.
En el contexto actual, la oposición venezolana se prepara para una jornada histórica de protestas contra el régimen de Nicolás Maduro, coincidiendo con la toma de posesión del presidente electo Edmundo González Urrutia el 10 de enero.
Francisco concluyó su discurso destacando que no puede haber verdadera paz sin garantizar la libertad religiosa y el respeto a la conciencia individual, reafirmando su compromiso con un diálogo constructivo y respetuoso en situaciones de conflicto.