Fernando Sabag Montiel, el ciudadano brasileño acusado de intentar asesinar a la ex presidenta argentina Cristina Kirchner en septiembre de 2022, admitió durante su declaración indagatoria en el inicio del juicio oral que su intención era matar a Kirchner porque la consideraba “una corrupta”.
Sabag Montiel, de 37 años, confesó haber apretado el gatillo de la pistola Bersa Thunder calibre .22 frente al rostro de Kirchner, pero el proyectil no salió de la recámara porque el arma no fue amartillada. El imputado afirmó que su pareja, Brenda Uliarte, también quería que Kirchner muriera, y que Nicolás Carrizo, otro acusado, se autoincriminó porque supuestamente estaban “financiados”.
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Sin embargo, la Fiscalía Federal Nº 2 a cargo del fiscal Carlos Alberto Rívolo, indicó que no se pudo comprobar supuestos vínculos del intento de magnicidio con movimientos de ultraderecha y centroderecha de Argentina. Sabag Montiel manifestó que en caso de lograr su objetivo “iba a haber desestabilización” y “una guerra civil”.
Según su relato, no volvió a intentarlo porque fue interceptado por seguidores de Kirchner, en alusión al grupo de adherentes que durante varios días hacían guardia frente a su residencia para darle muestras de apoyo. La investigación judicial determinó que tanto Montiel, como Uliarte y Carrizo vendían algodón de azúcar en las inmediaciones del departamento de Kirchner con la intención de familiarizarse con el lugar, sus movimientos y la custodia de la entonces vicepresidenta. Sin embargo, Sabag Montiel admitió haber planificado y organizado el atentado, y que el rol de Uliarte era solo de “acompañante” y con Carrizo solo tenían una “relación laboral”.