La Asociación Cultural Yoruba de Cuba vaticina para 2024 el incremento de enfermedades, de la delincuencia, así como del alcohol y de otras drogas y llamó la atención por el aumento “del abuso a la mujer” en la isla, de acuerdo con sus predicciones dadas a conocer este lunes.
Un grupo de sacerdotes de la santería cubana o ‘babalawos’ se reunieron la Nochevieja en la sede de la Asociación en La Habana, como es tradición, y este 1 de enero publicaron la conocida ‘Letra del Año’, una de las tradiciones enraizadas en los practicantes y creyentes dentro del país caribeño.
Las profecías del oráculo de las religiones afrocubanas presagian, entre otras cosas, una disminución del índice de la natalidad, el incremento de las actividades delictivas y de rupturas matrimoniales.
También enfermedades del bajo vientre; dolencias genéticas; el incremento de males neurológicos y padecimientos de la piel.
Los sacerdotes aconsejaron “dar más atención a la productividad agrícola y el aprovechamiento de la tierra” y “tomar precauciones con las pertenencias durante viajes nacionales”, además de pedir a las “autoridades correspondientes el trabajo preventivo sobre la ingesta de bebidas alcohólicas y el consumo de estupefacientes preferentemente sobre los jóvenes”.
En la santería, uno de los cultos sincréticos más extendidos en Cuba, cada letra o signo comprende una historia de las deidades u ‘orishas’ del panteón yoruba, que hablan por ella y lleva implícita una enseñanza o recomendación en general.
En 2024, entre sus recomendaciones, incluye “no dejarle los hijos al cuidado de nadie, pues le pueden perjudicar y tener cuidado con ellos hasta en la propia casa” y a “ser respetuoso con las diferencias entre los seres humanos para evitar conflictos y desavenencias innecesarias”.
Los cultos sincréticos, llegados a Cuba con los esclavos africanos en la época colonial, se trasmiten por tradición oral de una generación a otra a través de rezos, ritos, conjuros, fórmulas mágicas, refranes, bailes, cantos, sacrificios y liturgias.
La santería tiene en la adivinación una de sus principales prácticas y entre sus elementos propios a los caracoles, destinados al acto de consulta, y el uso de los llamados ‘collares de fundamento’, confeccionados con cuentas de los colores que caracterizan a cada deidad.