El 7 de octubre de 2023, Israel enfrentó el ataque más devastador desde el Holocausto, cuando cientos de terroristas de Hamas irrumpieron en su territorio, resultando en la muerte de aproximadamente mil 200 personas y el secuestro de 251 más. Este ataque, conocido como “La inundación de Al Aqsa”, se llevó a cabo con una estrategia coordinada que incluyó incursiones por tierra, mar y aire, sorprendiendo a las fuerzas israelíes en un momento de celebración religiosa.
Apenas un día después, Hizbulá comenzó a lanzar ataques contra Israel, intensificando el conflicto. Los rebeldes hutíes en Yemen también se involucraron mediante ataques marítimos y lanzamientos de misiles, mientras que milicias chiítas en Irak y Siria amenazaron con hostigar a Israel. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reconoció el “duro golpe” sufrido y formó un gobierno de emergencia para enfrentar la guerra.
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A lo largo del año siguiente, las tensiones continuaron escalando. El 27 de octubre, Israel lanzó una invasión terrestre en Gaza con el objetivo de “destruir a Hamas”. Desde entonces, las Fuerzas de Defensa de Israel han estado involucradas en combates intensos contra los terroristas en una red de túneles construidos por Hamas.
El conflicto ha dejado un saldo devastador: más de 40 mil palestinos muertos y miles de víctimas israelíes. La situación ha generado llamados internacionales para reducir las tensiones, pero los enfrentamientos continúan con ataques recíprocos entre Israel y sus enemigos regionales.