En un nuevo capítulo de la creciente competencia geopolítica en América Latina, la Embajada de China en Panamá emitió un comunicado, en el que condena enérgicamente los recientes señalamientos del gobierno de los Estados Unidos respecto a sus actividades comerciales en el país canalero. La declaración, que describe la postura estadounidense como “prepotente” y orientada al “despojo sistemático”, marca un hito en la diplomacia regional.

La reacción china llega justo después de una conversación telefónica entre el canciller panameño Javier Martínez-Acha y el subsecretario de Estado estadounidense Christopher Landau. Según trascendidos, en dicha llamada se habrían abordado las preocupaciones de Washington sobre la creciente influencia de China en sectores estratégicos de Panamá, especialmente en infraestructuras portuarias y telecomunicaciones.
El portavoz chino no escatimó en críticas
“Ha sido Estados Unidos quien actúa con prepotencia contra los demás países para realizar despojos sistemáticos”, afirmó. Y añadió: “Panamá no es patio trasero de ninguna potencia mundial”.
Desde la perspectiva china, el fortalecimiento de sus vínculos con Panamá responde a intereses legítimos de cooperación económica y comercial, enmarcados en la Iniciativa de la Franja y la Ruta. En este contexto, alertan sobre los intentos de Estados Unidos por “sembrar discordias”, los cuales, según el comunicado, “no tendrán apoyo alguno y están condenados al fracaso”.
La controversia revive antiguas tensiones sobre la influencia externa en el canal de Panamá, históricamente una zona de interés geopolítico clave. Analistas regionales advierten que esta nueva escalada podría generar mayor polarización diplomática en América Latina, mientras países como Panamá intentan mantener una política de equilibrio entre las grandes potencias.