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Defensoría del Pueblo y Naciones Unidas alertas ante el incremento por la frontera de niños y adolescentes solos

Advierten que todo indica que esos números irán incrementándose

Por Enrique Brathwaite

De los 40 mil niños y adolescentes que en el año 2022 ingresaron a Panamá por la selva del Darién, mil 119 cruzaron sin compañía (solos) o separados de sus familias. Esta cifra fue superior a la del año anterior y se prevé que en 2023 siga creciendo.

Así lo reflejó el “Informe Defensorial sobre la situación de los Derechos Humanos de la Niñez y Adolescencia en Movilidad Humana y en Zonas de Frontera de Panamá”, presentado este miércoles 22 por el defensor del pueblo Eduardo Leblanc ante autoridades, embajadores y representantes de organismos internacionales.

El documento fue preparado por esta dependencia panameña en conjunto con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

El documento se realizó en conjunto con Naciones Unidas.

La situación pinta tan preocupante que solo en los meses de enero y febrero de este año 9 mil 683 niños, niñas y adolescentes han cruzado por este peligroso paso, lo que equivale a una cantidad siete veces mayor que en el mismo período del 2022.

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En la lectura del documento, Leblanc expuso que la ruta migratoria por la selva del Darién se ha ido consolidando, y no se prevé que en el corto plazo deje de utilizarse. Acotó que solo entre 2019 y 2022 se refleja un aumento del 1.023 % en el flujo migratorio que transita por Panamá, pasando de 22 mil 102 personas a 248 mil 284 en 2022. En este mismo período la participación de la niñez y adolescencia migrante aumentó en un 933 %; pasando de 3 mil 915 a 40 mil 438, donde aquellos con edades entre los 0 y 5 años representaron aproximadamente el 50% de la población.

Al respecto, Sandie Blanchet, representante del Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), indicó que “en el deseo de procurar mejores oportunidades para sus familias y para ellos mismos, muchos niños, niñas y adolescentes cruzan la selva del Darién rumbo a Norte América. Trabajamos juntos para mejorar el acceso a servicios en los países de origen, y también, apoyamos al Estado panameño para responder a las necesidades humanitaria de los que transitan por Panamá; así como de las comunidades impactadas en Panamá por la migración. Este informe pone el énfasis en lo que podemos hacer para salvar vidas y la integridad de estos miles de niños, niñas, adolescentes y sus familias”.

La mayoría tiene la suerte de viajar con sus padres.

En días pasados, la embajadora de Estados Unidos en Panamá, Mari Carmen Aponte, fue consultada por este medio sobre si hay posibilidad real de frenar estos creciente flujos de personas de distintos países y respondió que sí. Acotó que el enfoque debe ser atacar con firmeza a los grupos organizados (redes) que trafican con seres humanos. Aponte dijo que el tráfico no solo lo hacen por tierra en una zona que no es transitable ni de paso, sino que también usan rutas marítimas para mover personas, incluyendo niños, desde Ecuador hacia Colombia, Panamá o más al norte en el resto de Centroamérica.