Lo que mal comienza mal termina, reza un refrán popular que puede aplicarse a la gestión alcaldicia capitalina, que ni ejecutar un alumbrado navideño puede hacer con eficiencia y para satisfacción de los ciudadanos.
Y es que los gobiernos locales, ahora con recursos y descentralización como instrumento legal, han dejado en evidencia que son ineficaces porque están divorciados de las necesidades de los habitantes.
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Da tristeza pasar por los corregimientos y en algunos ni siquiera hay iluminación del alumbrado público ni mucho menos navideño, atestados de basura, calles llenas de huecos, inseguridad, pero con autoridades locales que solo están preocupados por la planilla del mes y la politiquería. Para rematar, la mayoría de los problemas que afectan a la gente no son de su competencia ni les interesa tenerla.
Sin duda, los ciudadanos capitalinos también tienen cierta responsabilidad en el desastre actual porque cuando se activó la revocatoria de mandato del actual alcalde hubo apatía, críticas y no se ejerció con firmeza el derecho que se tenía por delante.
Solo queda esperar que la ciudadanía se ilumine y escoja mejor en el 2024.