Después de más de un mes desde que se amplió el número de productos bajo el control de precios, y tres semanas desde que entró en vigencia el decreto que establece una rebaja del 30 % en 170 medicamentos, los consumidores del país siguen padeciendo por la carestía, a lo que ahora hay que agregarle la escasez en ciertos rubros.
Es de suponer que esta situación es producto de la forma en que se aplicaron ambas medidas, impuestas por las autoridades en busca de darle una rápida solución a los consumidores, pero sin brindarle la oportunidad de maniobra a los agentes económicos, que de una u otra forma reaccionan para proteger sus intereses.
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Este difícil panorama obliga a las partes a sentarse y lograr acuerdos a fin de alcanzar ese equilibrio que brinde un respiro a los consumidores, al mismo tiempo que garantice los márgenes de ganancias razonables a quienes invierten.
Así debió iniciar la mesa de diálogo, que sigue excluyendo a sectores que deben estar presentes e imponiendo medidas que a todas luces son de muy difícil cumplimiento.