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Editorial. El servicio de transporte y la movilidad caótica de diciembre en Panamá

Lo público no tiene por qué ser malo ni desechable

Lorenzo Abrego

Por Lorenzo Abrego

El mes de diciembre siempre es caótico. Sobre todo en una ciudad tan pequeña como la nuestra, pero a pesar de esta contrariedad, hay que rescatar algo para mirar hacia adelante y aprender a movernos como conductores, peatones o usuarios del transporte público.

Hay que reconocer que el Metro es barato todavía, el servicio es bueno y ha permitido una movilidad de primer mundo a los panameños por la Transístmica y la Domingo Díaz. ¿La línea de la Tumba Muerto para cuándo?

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Igual podría decirse del esfuerzo que hace Mi Bus para operar las líneas de buses en la ciudad. Los metrobuses por calle son mejores que los diablos rojos, que tanta mala recordación nos traen en cuanto a víctimas y corrupción del sistema.

No puede decirse lo mismo del servicio de taxis, que las plataformas digitales han desplazado en algunas zonas por inseguros y abusivos.

Falta mucho para acabar con los piratas, ordenar las rutas internas y ofrecerle al panameño alternativas de movilidad las 24 horas del día, pero se puede si se hace con eficiencia y honestidad. Lo público no tiene por qué ser malo ni desechable.