El vicepresidente de la República, convertido en ministro de la Presidencia por ‘Nito’ Cortizo, es uno de los funcionarios que más ‘pailazos’ ha recibido durante la pandemia y casi no sale públicamente porque se quedó sin credibilidad.
Pero parece que él, sus “influencers” y comentaristas bien pagados son los únicos que no se dan cuenta de que cuando se habla de transparencia los ciudadanos se remiten a los hechos y si hay algo que le ha faltado a su ministerio es precisamente rendición de cuentas y manejo prístino. Ya ni conferencias se atreve a hacer.
Solo para poner las cosas en orden. No se olvide, señor Carrizo, que ya pasaron dos viceministros por su despacho y salieron en medio de escándalos de compras nunca aclaradas. Sus prioridades son los negocios y los carros alquilados y no la salud de la gente.
No se puede llegar al mayor puesto de servicio público a punta de mentiras. Ya sabemos lo que busca, llegar a la Presidencia, pero como diría al filósofo Diógenes, se busca un hombre honesto y de eso, hasta ahora, no hay ni sombras.