Nacionales

Editorial. Hay que evitar que nuestros estudiantes se armen

Los recientes casos ameritan acciones inmediatas y coordinadas

Por Enrique Brathwaite

El primer caso se dio en el Instituto Profesional y Técnico de Colón.

Esto se está saliendo de control y quien piense lo contrario vive otra realidad. Cuatro estudiantes sorprendidos con armas de fuego en menos de 10 días, tres de ellos en la provincia de Colón, evidencia el riesgo en que están estos chicos, todos adolescentes, y también sus compañeros y docentes.

La respuesta del Ministerio de Educación y de la Policía Nacional ha sido parca e insuficiente, limitándose a hacer un llamado para que los padres de familias estén más pendientes de sus hijos.

Sí, eso es importante, pero también lo es que las autoridades nacionales ejecuten con toda la rigurosidad del caso para evitar que en cualquier momento ocurra una desgracia.

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Somos un país superado por la violencia y ello se está reflejando ya en nuestros centros de enseñanzas. Se requieren amplias acciones preventivas, pero también políticas disuasorias.

Y si no lo hacemos pronto es cuestión de tiempo para que veamos tragedias que son el pan nuestro de cada día en otras latitudes. No se trata de asustar, pero la situación amerita actuar con urgencia.