La criticada mesa única de diálogo de Penonomé dejó en evidencia muchas realidades del país. Una de ellas es que las autoridades están desconectadas de la población.
Durante dos semanas allí se discutía sobre combustible, comida y medicinas, mientras que la Asamblea Nacional en tres años no ha propiciado un diálogo serio sobre estos temas que preocupan al panameño.
También quedó claro que hay grupos sociales como los hermanos originarios que están olvidados y que requieren respuestas urgentes, pero que también hay gremios sindicales que están pensando en las urnas del 2024 y el 2029 para imponer su modelo económico, como el caso de los camaradas Méndez y Gordón.
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No puede olvidarse que la mayoría de los ministros y diputados fueron nulos. Algunos temas fueron manejados por viceministros y personal técnico de bajo perfil porque este Gobierno políticamente está quemado.
Entre las cosas buenas del diálogo estuvo que se transmitió sin filtros por Sertv y que el facilitador fue el arzobispo Ulloa, porque hay otros líderes religiosos que solo aparecen para la campaña política y cuando las cosas van bien.