En un país como Panamá, donde es fácil desanimarse y hasta volverse pesimista, hay pocos hechos positivos y por ello la inauguración hoy de la Feria Internacional del Libro de forma presencial no puede pasarse desapercibida.
Por la pandemia de la covid-19, la feria no se había podido realizar de forma presencial durante dos años y este 2022 se puede y con una nueva casa como es el Megápolis de avenida Balboa, para que toda la familia pueda aprovechar la fiesta de las letras y la cultura.
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Tal como advirtió el Meduca, la feria no solo debe ser una venta de libros, porque la columna vertebral del evento son los foros, presentaciones e intercambios culturales que se deben promover para que la población de todos los estratos los disfruten.
Ojalá que el capitalismo inconsciente no sea lo único presente en la Feria del Libro, sino que sean días para volver a tener optimismo en un país que para salir del atolladero en el que nos encontramos necesita más ciudadanos formados y conscientes y leer puede ser una buena alternativa para todos.